El 6 de noviembre de 1984, el estado de Chihuahua fue escenario de un despliegue militar que fue considerado como el mayor decomiso de marihuana a nivel internacional.
Se trató del ‘Operativo Búfalo’, encabezado por más de 400 miembros del Ejército Mexicano y cuyo nombre se derivaba del inmenso terreno que debían inspeccionar: el rancho Búfalo.
Con una extensión que superaba las 500 hectáreas, esta propiedad se había convertido en el emporio más importante para Rafael Caro Quintero y el Cártel de Guadalajara.
Mediante engaños y amenazas, el grupo criminal obligó a cerca de 10 mil jornaleros a trabajar en sus descomunales sembradíos de marihuana. En el lugar, las autoridades encontraron un complejo esquema que garantizaba una gran producción para el cártel, pues había cobertizos de secado y un sistema de riego abastecido por una red de pozos.
El rancho se había convertido en un edén para las actividades criminales de Caro Quintero. Sin embargo, estas tierras no estuvieron siempre bajo su control. Antes de que el Cártel de Guadalajara lo utilizara para hacer prosperar sus negocios ilícitos, estas parcelas le pertenecieron a un empresario que llegó a ser funcionario público.
René Mascareñas Miranda nació en Los Ángeles, California, en agosto de 1913. Creció y se educó en distintas regiones de la frontera, desde El Paso, Texas hasta Ciudad Juárez, Chihuahua. Para la década de 1950 ya se había convertido en una prominente figura de la industria privada del estado.
Después de una serie de desencuentros entre el sector empresarial y el entonces gobernador Óscar Soyo Máynez, Mascareñas impulsó la creación de la Asociación Cívica de Ciudad Juárez y del Comité Pro Derechos Ciudadanos.
Por su labor al frente de estas organizaciones, Mascareñas Miranda recibió la invitación del entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines para que se convirtiera en candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia municipal de Ciudad Juárez.
En una entrevista que Mascareñas le ofreció a Óscar J. Martínez, profesor de Historia en la Universidad de Arizona, reveló que su llegada a Ciudad Juárez fue por petición de un amigo que, al adentrarse en la política, necesitaba quién atendiera sus negocios, estrategia que él replicó cuando se convirtió en alcalde en 1956.
“Cuando yo me metí a la política también tuve que traerme a un sobrino mío; mis hijos estaban muy chicos. Tuve que traerme un sobrino para que él se hiciera cargo de mis negocios”, explicó Mascareñas.
Al ser cuestionado sobre los proyectos que tenía en aquel entonces, René Mascareñas mencionó “el negocio de Ladrillera Juárez, Sociedad Anónima”, así como “un rancho agrícola en la parte sur del estado de Chihuahua que se llama ‘Búfalo’, cerca de Jiménez, 500 hectáreas en donde sembrábamos algodón, trigo, sorgo, avena. Allí hicimos una inversión cercana a los 10 millones de pesos”.
La entrevista entre Martínez y Mascareñas ocurrió en 1976. Para ese momento, el exalcalde de Ciudad Juárez se refirió a su posesión del rancho en tiempo pasado, por lo que se desconoce el momento y las circunstancias en que ese lugar habría pasado a manos de Caro Quintero. Mascareñas Miranda murió en el año 2002.
Documentos de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS) citados por el historiador Benjamin T. Smith a través de sus redes sociales señalan que René Mascareñas Jr., hijo del exalcalde, era señalado en 1976 como un traficante de drogas “en escala menor” que operaba en Ciudad Juárez.