Zacatecas, Sonora y Chihuahua, fueron testigos de la intensidad de la llamarada solar porque sus cielos se iluminaron con auroras boreales, un acontecimiento que no se había repetido desde hace hace 164 años.
No obstante gracias a las redes sociales fue que diferentes usuarios postearon de los avistamientos nunca antes vistos por una cámara dentro de tierras mexicanas, por lo que el tema se ha convertido en tendencia en redes sociales, con diferentes puntos de vista y sobre todo explicaciones científicas.
Galería de fotos de algunos usuarios en redes sociales
¿Qué son las auroras boreales?
Las auroras boreales, también conocidas como luces del norte, son un fenómeno lumínico que se produce en el cielo nocturno, principalmente en las zonas cercanas a los polos. Este espectáculo de luces de colores variados, predominantemente verdes, azules y violetas, ha cautivado a la humanidad desde tiempos antiguos, no sólo por su belleza, sino también por el misterio de su origen.
Para entender cómo se generan las auroras boreales, es necesario abordar el concepto de las llamaradas solares y su impacto en nuestro planeta. Las llamaradas solares son erupciones de energía en la superficie del Sol. Durante estas llamaradas, se liberan enormes cantidades de partículas cargadas, conocidas como viento solar.
Cuando estas partículas cargadas viajan hacia la Tierra y entran en contacto con el campo magnético terrestre, son guiadas hacia los polos. Al llegar, chocan con las moléculas de gases presentes en la atmósfera, como el oxígeno y el nitrógeno. Esta colisión provoca que las moléculas de gas se exciten, liberando energía en forma de luz, lo que se observa desde la superficie terrestre como las auroras.
La intensidad y frecuencia de las auroras boreales están directamente relacionadas con el ciclo solar, el cual tiene una duración aproximada de 11 años. Durante el pico de este ciclo, conocido como máximo solar, aumenta la actividad solar, lo que incluye una mayor frecuencia de llamaradas solares y, por ende, la ocurrencia de auroras más espectaculares y visibles desde latitudes más alejadas de los polos.
Además de su impacto visual, las auroras boreales tienen una importancia científica considerable. El estudio de este fenómeno permite a los científicos entender mejor el comportamiento del campo magnético terrestre y cómo la Tierra interactúa con el entorno espacial. Esta información es crucial para la protección de satélites y sistemas de comunicaciones ante incrementos en la actividad solar, los cuales pueden afectar la tecnología que depende de señales transmitidas a través de la atmósfera.
Las auroras no son exclusivas de la Tierra; se han observado fenómenos similares en otros planetas del sistema solar como Júpiter y Saturno, lo que añade un elemento fascinante al estudio de este espectáculo natural, ya que ofrece pistas sobre las atmósferas y campos magnéticos de otros mundos.
Las auroras boreales son un hermoso recordatorio de las complejas interacciones entre el Sol y la Tierra. Más allá de su impresionante manifestación visual, representan la delicada danza de partículas cargadas, campos magnéticos y gases atmosféricos, un proceso que aún hoy día cautiva tanto a científicos como a admiradores del cielo nocturno. Estudiar las auroras es explorar la dinámica del espacio que nos rodea, un esfuerzo que no solo satisface la curiosidad humana, sino que también salvaguarda nuestra tecnología y comprensión del universo.