La noche del viernes, la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, encaró una situación tensa al ser retenida temporalmente por habitantes de Amojileca, quienes exigían soluciones a la problemática del abastecimiento de agua potable.
La funcionaria, quien se encontraba regresando de una gira por Jaleaca de Catalán, tuvo que detenerse debido a un bloqueo en la carretera provocado por esta disputa. Tras más de dos horas de diálogo, se logró un acuerdo preliminar para restablecer el servicio de agua, evitando así que la tensión entre las comunidades de Amojileca y Omiltemi escalara.
“Estamos esperando que regrese la comisión de los dos pueblos que fueron a abrir las válvulas, pero aclaramos que la alcaldesa no está retenida”, se comentó en el área de comunicación social del ayuntamiento.
Los pobladores de Amojileca habían cerrado la vía de acceso a partir de las 19:30 del mismo día, en respuesta al cierre de válvulas por parte de la comunidad vecina de Omiltemi, acto que les había dejado sin suministro del vital líquido desde hace tres días.
Este conflicto no es reciente, sino que forma parte de una disputa prolongada por el acceso a recursos hídricos, donde Omiltemi exige pagos por el agua que provee desde su territorio a Amojileca. La alcaldesa Hernández Martínez, al verse imposibilitada de continuar su camino, optó por intervenir en persona para buscar una solución al impasse.
Aclararon que no estaba retenida
Después de intensas negociaciones, Hernández Martínez anunció cerca de las 23:00 horas a través de sus redes sociales que se había alcanzado un acuerdo para reanudar el suministro de agua a Amojileca, marcando un avance significativo en el conflicto entre las dos comunidades.
A pesar de los reportes iniciales que sugerían que la alcaldesa estaba retenida contra su voluntad, fuentes oficiales aclararon más tarde que su presencia en el lugar tenía como fin facilitar el diálogo y asegurar el restablecimiento del servicio de agua.
Chilpancingo, con persistentes problemas de agua
Chilpancingo la capital del estado de Guerrero durante el 2024, según la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (CAPACH) ha señalado un estiaje atípico como el principal culpable de la merma dramática en los niveles de agua, dejando a sistemas críticos como Omiltemi y Acahuizotla entre los más comprometidos en la provisión de este servicio esencial.
Este déficit hídrico, el más grave de las últimas dos décadas y media, se atribuye a las altas temperaturas y a una marcada reducción en las precipitaciones a lo largo del último año. Dicha combinación ha llevado a una escasez sin precedentes, afectando directamente el abastecimiento hacia los hogares de Chilpancingo.
En respuesta, residentes de diversas colonias han iniciado protestas por la falta de suministro, destacando casos donde el servicio ha sido inexistente por hasta cuatro meses. Es más, en áreas como la colonia Los Sauces, más de 50 familias enfrentan esta realidad, viéndose forzadas a incurrir en gastos elevados para adquirir agua a través de pipas, con un coste que oscila entre 1,200 y 1,600 pesos mensuales.