Los pescados y mariscos son uno de los alimentos que más beneficios aportan a la salud debido a su contenido nutricional, pero su consumo puede no ser una buena opción durante la temporada de calor.
Y es que estos productos son de fácil descomposición, pero las altas temperaturas que se experimentan en esta época aumentan el riesgo de consumirlos en mal estado y sufrir infecciones gastrointestinales e intoxicaciones.
Esto sobre todo si se consumen crudos o preparados en la calle, donde la falta de higiene puede potencializar este riesgo, así señaló la Secretaría de Salud.
¿Cómo comprar pescados y mariscos sin poner en riesgo la salud?
Si aun así se decide degustar de un coctel de mariscos o cualquier otro platillo elaborado con pescado, la dependencia enlistó algunas recomendaciones para comprar productos del mar:
- Revisar que el pescado esté fresco, tenga ojos y piel brillante, escamas bien adheridas y que no tengan mal olor.
- Al comprar moluscos, ostiones y mejillones, escoger aquellos que tengan la concha bien cerrada.
- Si se compran los alimentos congelados, evitar descongelarlos a temperatura ambiente ya que de lo contrario se permite el desarrollo de bacterias.
- Evitar el consumo de productos crudos como ceviche o cócteles, debido a que no cuecen con jugo de limón ni mata las bacterias.
- Comprar productos que estén en cama de hielo o en refrigeración a una temperatura menos o igual a 4 °C, rechazar si están expuestos a temperatura ambiente, separar alimentos crudos de los cocidos, usar agua y materias primas seguras.
- Adquirir los alimentos en establecimientos que cuenten con las medidas de higiene.
¿Cuáles son los beneficios de consumir pescados?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir pescados y mariscos de dos a tres veces por semana, debido a su gran valor nutricional y con la finalidad de aprovechar los beneficios que aportan a la salud.
- Ricos en proteínas de alta calidad, estos alimentos proporcionan el bloque de construcción necesario para el mantenimiento y crecimiento muscular, así como para la reparación de tejidos en el cuerpo.
- Son una de las principales fuentes de ácidos grasos omega-3, especialmente EPA y DHA, que juegan un papel crucial en el desarrollo y funcionamiento del cerebro, así como en la prevención de enfermedades cardíacas.
- Los pescados y mariscos contienen vitaminas del complejo B, vitales para el sistema nervioso y para ayudar al cuerpo a convertir los alimentos en energía.
- Son ricos en minerales como el yodo, esencial para una función tiroidea adecuada, y el selenio, un antioxidante importante que protege las células contra el daño.
- La inclusión de estos alimentos en la dieta puede contribuir a la mejora de la salud mental, reduciendo los síntomas de depresión y mejorando la capacidad cognitiva, especialmente en los adultos mayores.
- El consumo regular de pescado se asocia con un menor riesgo de sufrir enfermedades crónicas, incluyendo enfermedades cardiovasculares, gracias a su contenido en ácidos grasos omega-3, que ayudan a reducir los niveles de triglicéridos y presión arterial, así como a mejorar la salud del endotelio vascular.
Estos beneficios se traducen en una disminución del riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
- Incorporar pescados y mariscos en la dieta puede ser una estrategia efectiva para el control de peso, ya que su alto contenido proteico y bajo en calorías contribuye a una mayor saciedad, ayudando a controlar el apetito y, por consiguiente, la ingesta calórica total.
El consumo de pescados y mariscos aporta beneficios significativos para la salud, incluyendo la mejora de la función cerebral, prevención de enfermedades cardiovasculares y el apoyo a un peso saludable, convirtiéndolos en componentes valiosos de una dieta equilibrada.