¿Me puedo quedar con una casa si la renté por mucho tiempo?

Cada vez es más común que las personas decidan rentar una vivienda en lugar de construir una desde cero para que sea considerada como su propiedad; sin embargo, debido a esta situación se ha popularizado la idea de que al rentar un inmueble por mucho tiempo, es posible adueñarse del espacio.

Cuando una persona decide poner en renta un inmueble debe tomar determinadas precauciones para evitar tener problemas con el inquilino, una de las principales es establecer determinados términos y condiciones que se deben acatar al momento de habitar la vivienda.

La realidad es que una persona que lleva rentando durante mucho tiempo un inmueble si puede adueñarse del espacio; sin embargo, debe cumplir con determinados requisitos para que esto sea posible.

El principal requisito que debe cumplir el inquilino corresponde al factor tiempo, es decir, si lleva mínimo seis años ocupando la casa y lo ha hecho de manera ininterrumpida tiene la posibilidad de hacerse dueño del inmueble.

Otro aspecto con el que debe cumplir es que su estancia en el lugar haya sido pacífica, por lo que los vecinos y personas que vivan en la zona deben corroborar que el habitante no ha causado problemas.

En el caso de que el inquilino cumpla con ambos requisitos, lo siguiente que podría llegar a hacer es una prescripción o usucapión, conocido por ser el medio por el cual se obtienen bienes inmuebles a consecuencia del factor tiempo.

La prescripción se concentra en dar por finalizado un derecho para apropiarse de él, ya que el dueño, al no habitar el lugar por muchos años, se puede considerar como supuesto abandono.

Como dueño de un inmueble es posible evitar que un inquilino se apropie de la casa y se puede hacer por medio de la elaboración de un contrato.

El contrato tiene la finalidad de establecer quién es el dueño de la vivienda y reconocerlo como mismo, del mismo modo, en el caso del inquilino se da a conocer que paga una renta para habitar el sitio.

Al momento de rentar una casa, es importante considerar varios factores para asegurar que la elección cumpla con sus necesidades y expectativas. Aquí algunos aspectos clave:

- Ubicación: evaluar la cercanía a lugares de trabajo o estudio, así como el acceso a servicios esenciales como supermercados, hospitales y transporte público.

- Costo: comparar el precio de la renta con el de otras propiedades en la zona para asegurarse de que sea competitivo. También es esencial considerar los gastos adicionales como los servicios, mantenimiento y los impuestos locales.

- Estado de la propiedad: realizar una inspección detallada para identificar posibles problemas, como humedad, mal funcionamiento de electrodomésticos o daños estructurales.

- Seguridad: investigar sobre la seguridad del barrio y verificar si la propiedad cuenta con sistemas de seguridad, como alarmas o cámaras.

- Tamaño y distribución: asegurarse de que el espacio y la distribución de la casa se ajusten a sus necesidades actuales y futuras.

- Contrato de arrendamiento: leer detenidamente el contrato antes de firmarlo, prestando especial atención a la duración del arrendamiento, las condiciones de renovación y cancelación, las restricciones, como mascotas o modificación de la propiedad, y las responsabilidades tanto del arrendatario como del arrendador.

- Servicios y comodidades: considerar si la casa cuenta con servicios esenciales o comodidades adicionales que sean importantes para usted, como lavandería, estacionamiento, áreas verdes o piscina.

- Vecindario: visitar la zona en diferentes momentos del día y días de la semana para obtener una sensación general del ambiente, el nivel de ruido y la actividad en el área.

- Historial del arrendador: buscar opiniones o referencias sobre el arrendador o la empresa de gestión de propiedades para asegurarse de que sean confiables y tengan un buen historial de mantenimiento y respuesta a inquilinos.