A una década desde su formación, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) logró convertirse en una de las dos organizaciones criminales mexicanas con mayor poder en el territorio nacional y en el mundo; clave de su éxito en el mapa del narcotráfico se debe a la utilización de una sólida estructura financiera y a la venta de franquicias para poder llegar a cientos de municipios a lo largo y ancho del país.
De acuerdo con la Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas (NDTA) de la Agencia para la Administración de Drogas (DEA), es justamente este sistema de franquicias lo que permite el rápido crecimiento económico para financiar la compra de armamento y el despliegue de sus hombres en las zonas de mayor conflicto, principalmente con los cárteles de Sinaloa, Santa Rosa de Lima, Familia Michoacana y Cárteles Unidos.
“El modelo de franquicia permite a cada grupo semiindependiente personalizar sus operaciones de acuerdo con las condiciones de áreas específicas (por ejemplo, dirigir laboratorios clandestinos de metanfetamina) o para satisfacer las demandas de un mercado, siempre que cumplan con los requisitos de nombre, marca y estructura organizacional, y seguir la dirección general dictada por los líderes del CJNG”, se lee en el reporte de la DEA.
La DEA explica que debido a la facilidad para “comprar” una franquicia, el CJNG maximiza sus ingresos porque “no paga los costos operativos” de éstas, pero “sí recauda un porcentaje de las ganancias totales”.
Conviene recordar que el CJNG está bajó las órdenes de Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho”, a quien responden varios jefes de plaza, entre los que se destacan: Juan Carlos Valencia González (hijastro de El Mencho), alias “El 03″ o “El Pelón”; Jorge Luis Mendoza Cárdenas (supuesto brazo derecho, alias “La Garra”; y Hugo Gonzalo Mendoza Gaytán (fundador del CJNG y jefe de plaza en Michoacán), alias “El Sapo”.
El riesgo para el CJNG por el modelo de franquicias
El su reporte la DEA especifica que el modelo de franquicias del CJNG también representa un cierto nivel de riesgo para la organización criminal comandada por El Mencho, principalmente porque sus franquiciatarios pueden forjar sus propias alianzas con grupos locales, perjudicando así a otros grupos afines o que responden al grupo jalisciense.
No es la primera ocasión que se habla del modelo de franquicias del CJNG, en septiembre de 2022 y luego de una ola de violencia que se desató en Veracruz, el entonces Secretario de Seguridad Pública del Estado, Hugo Gutiérrez Maldonado, afirmó que el grupo de El Mencho “ofrecía franquicias en renta” para que grupos locales usaran su nombre, equipo táctico, armas y la estrategia criminal del cártel.
El difícil saber el monto que pide el CJNG a cambio de una de sus franquicias, pero ha trascendido que el grupo criminal obliga a sus socios a comprarles la droga sólo a ellos, además de favorecerse por la información estratégica y las redes de corrupción tejidas previamente por las organizaciones locales a nivel municipal y estatal.
El otro ingrediente que ayudó al CJNG a convertirse uno de los más poderosos del mundo tiene que ver con su red de lavado de dinero, la cual está encabezada por el Cártel de Los Cuinis de los hermanos González Valencia, familia a la que pertenece Rosalinda, la esposa de El Mencho.
Ambos cárteles son escisiones del Cártel del Milenio, sin embargo, mientras Los Cuinis se enfocaron al lavado de dinero; el CJNG pasó de ser un brazo armado (MataZetas) al servicio del Cártel de Sinaloa, a ser su principal rival a nivel nacional e internacional.