Las madres de los líderes de cárteles de droga mexicanos, a pesar de su tendencia a mantener un perfil bajo y evitar la atención pública y los medios de comunicación, en ciertas ocasiones pueden llegar a ejercer una influencia significativa en las decisiones y estructuras de estas organizaciones criminales.
Estas mujeres, cuyos roles varían ampliamente, desde ser las consejeras silenciosas detrás de importantes decisiones hasta aquellas que simplemente ven en sus hijos a los seres que criaron, sin involucrarse en el negocio, reflejan la diversidad y complejidad de las dinámicas familiares dentro del narcotráfico.
Ya sea liderando, participando activamente o brindando su bendición desde las sombras, estas figuras maternas demuestran la fuerza y la influencia que pueden tener en uno de los contextos más desafiantes y peligrosos.
En el implacable mundo del narcotráfico, donde la violencia y las luchas por el poder definen el día a día, existen ciertos códigos de conducta no escritos que incluso los rivales más encarnizados tienden a respetar. Entre estos, hay uno que destaca por su significado y su impacto en la dinámica de estos conflictos: “Las mamás no se tocan”.
Este principio subraya la importancia y el respeto que se mantiene hacia las figuras maternas dentro de este entorno, independientemente de los enfrentamientos y las rivalidades. Ellas permanecen al margen de las balaceras y las disputas por el control territorial, lo que refleja una dimensión de respeto enraizado en el tejido mismo de estas organizaciones.
Joaquín El Chapo Guzmán
Una de las noticias más impactantes en el 2023 fue la muerte de María Consuelo Loera Pérez, madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y abuela de los “Chapitos”: Ovidio, Joaquín, Iván Archivaldo, y Jesús Alfredo Guzmán, líderes dentro del Cártel de Sinaloa.
Su muerte a los 94 años fue por causas naturales en una clínica de Culiacán, Sinaloa, donde ya había sido ingresada.María Consuelo Loera Pérez, quien padeció Covid-19 en 2021, residía en La Tuna, Badiraguato.
En vida fue capaz de poner en aprietos al propio presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando en el 2020 en una visita a Sinaloa éste se detuvo a saludarla. Durante esta interacción, la señora Loera le entregó una carta al presidente, solicitando asistencia para adquirir una visa humanitaria que le permitiera visitar a su hijo, encarcelado en Estados Unidos.
María Consuelo fue madre de once hijos, procreados con Emilio Guzmán Bustillos. Tres de ellos fallecieron en la infancia. Sufrió la pérdida de uno de sus hijos en un accidente automovilístico a los 24 años y vivió el encarcelamiento de otro, Joaquín, así como de su nieto Ovidio, ambos en Estados Unidos enfrentando cargos por narcotráfico.
Su residencia en La Tuna sufrió un atentado en junio de 2016 por parte de un grupo armado, presuntamente relacionado con el Cártel de los Beltrán Leyva.
Rafael Caro Quintero
La muerte de Consuelo Loera no fue la única que golpeó al mundo del narcotráfico. A finales de enero también se registró el deceso de Hermelinda Quintero, la progenitora de Rafael Caro Quintero.
Su muerte se registró el 25 de enero en Guadalajara. La muerte de la mujer que se mantuvo alejada de los reflectores y que era originaria de Badiraguato, Sinaloa, vivió lejos de los focos de atención, a diferencia de otras figuras maternas involucradas indirectamente en el mundo del narcotráfico.
Casada con Emilio Caro Payán, tuvo once hijos, entre ellos el conocido como el “Narco de narcos”. La familia enfrentó dificultades económicas significativas, lo cual incluyó una infancia marcada por la pobreza para sus hijos, en particular para Rafael Caro Quintero, quien debió dejar la escuela para sostener a su familia tras el fallecimiento de su progenitor. Este entorno desafiante fue el preludio de su entrada al mundo del narcotráfico, primero como conductor de camiones y posteriormente como uno de los fundadores del ya extinto Cártel de Guadalajara.
Rafael Caro Quintero adquirió notoriedad internacional tras ser arrestado en 1985 por su implicación en el crimen contra el agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, además de múltiples cargos por narcotráfico. Aunque fue liberado en 2013 debido a un tecnicismo legal, su búsqueda continuó por las autoridades mexicanas y estadounidenses hasta su recaptura en 2022. La vida de Caro Quintero estuvo llena de tumultos legales y violencia, lo que generó tensiones en las relaciones entre México y Estados Unidos. En medio de estos relatos de poder y legalidades, Hermelinda Quintero quedó en la sombra, emergiendo brevemente en las noticias sólo tras el anuncio de su fallecimiento.
Los Chapitos
El legado del Cártel de Sinaloa, heredado por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán tras su encarcelamiento en Estados Unidos, ha puesto a “Los Chapitos” bajo el escrutinio tanto de la opinión pública como de las autoridades internacionales debido a su involucración en la operación de tráfico de fentanilo más grande del mundo. Sin embargo, más allá de sus actividades ilícitas, la vida personal y los romances de El Chapo Guzmán han despertado curiosidad, sobre todo en relación con las madres de sus hijos, quienes, en el marco del Día de las Madres, vuelven a ser el centro de atención por el papel que desempeñaron al lado de uno de los criminales más notorios.
María Alejandrina Salazar, casada con Guzmán Loera en 1977, es madre de cinco de sus hijos, incluidos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo, líderes de “Los Chapitos”. Su vida estuvo marcada por su cercanía con el mundo del narcotráfico y las consecuencias de estar vinculada a El Chapo. A pesar de enfrentar detenciones y sanciones, su relación amorosa con Guzmán Loera concluyó cuando él estableció un vínculo con quien sería su segunda esposa, Griselda Guadalupe López Pérez.
Griselda Guadalupe López Pérez, casada con El Chapo a finales de los 80, tuvo cuatro hijos con él. La vida de sus descendientes ha estado llena de tragedia y conflicto, destacando la muerte de Édgar Guzmán López en 2008 y la captura de Ovidio Guzmán López y su posterior extradición a Estados Unidos.
El Señor de los Cielos
Aurora Fuentes López, conocida como Doña Aurora y madre de Amado Carrillo Fuentes, alias El Señor de los Cielos, ha sido una figura que generó tanto atención como controversia por su relación con las actividades del Cártel de Juárez. Residente de El Guamuchilito, Navolato, en el estado de Sinaloa, Doña Aurora vivía de la agricultura y la ganadería en una finca que llevaba su nombre, a pesar de los rumores sobre su involucramiento en el narcotráfico junto a su hijo.
Casada con Vicente Carrillo Vega, tuvo seis hijos: Florentina, Amado, Vicente, Alberto, Rodolfo y José Cruz. Pese a la notoriedad criminal de Amado, quien fue bautizado como El Señor de los Cielos debido a su método de transportar droga a gran escala mediante aeronaves, Aurora defendió en 1997 la inocencia de su hijo, negando las acusaciones de narcotráfico en su contra.
Ese mismo año, enfrentó la pérdida de Amado Carrillo, quien falleció en complicaciones durante una cirugía estética. Además, vivió el asesinato de otro de sus hijos, José Cruz, cuyo cuerpo fue encontrado calcinado en Culiacán, hecho que llevó a Aurora a exigir justicia y a denunciar la desaparición y muerte de su hijo ante la Procuraduría General de la República (PGR) en 2008, mediante protestas y desplegados.
La tragedia continuó en su familia con la muerte de su hijo Rodolfo, abatido a tiros en 2004 tras salir de una plaza comercial, un evento que subrayó la violencia a la que su familia estaba expuesta.
Doña Aurora falleció en marzo de 2014 en un hospital privado de Culiacán, a causa de complicaciones derivadas de diabetes y problemas renales. Su muerte cerró el capítulo de una mujer que, a pesar de vivir bajo la sombra de la infamia de su hijo y las tragedias familiares, mantuvo una postura de defensa hacia sus hijos ante la opinión pública y las autoridades.
Clan de los Arellano Félix
Alicia Félix Zazueta, prima de Miguel Ángel Félix Gallardo, conocido como El Jefe de Jefes y detenido en 1989, ha jugado un papel crucial dentro del clan de los Arellano Félix, una de las organizaciones criminales más notorias de México. Casada con Benjamín Arellano Sánchez, Alicia es madre de 11 hijos que jugaron roles significativos dentro del cártel.
Según informes confidenciales de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), Doña Alicia era considerada una figura de gran influencia dentro de la organización, al punto que sus decisiones eran inapelables para sus hijos, lo que subraya su posición relevante no solo en el ámbito familiar sino también dentro de las dinámicas operativas del cártel.
Su importancia en el clan Arellano Félix no sólo se manifestó en el ámbito de la toma de decisiones, sino también en la esfera legal, donde logró una significativa victoria. En 2015, Alicia Félix Zazueta ganó una batalla jurídica contra la PGR, logrando recuperar una propiedad que había sido incautada en 1993, en el contexto de la investigación por el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Las autoridades no lograron demostrar que la finca, que posteriormente fue vendida en 12 millones de pesos, hubiera sido adquirida con dinero procedente de actividades ilícitas.
Después de este evento legal, no se han tenido más informes públicos sobre su paradero o actividades.
El Marro
María Eva Ortiz, madre de José Antonio Yépez Ortiz, conocido como “El Marro”, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, fue detenida el 20 de junio por el Ejército y elementos de la Guardia Nacional. A Ortiz se le halló en posesión de un kilogramo de metanfetaminas y dos millones de pesos en efectivo en el momento de su arresto, situación que llevó a su acusación por cargos de narcomenudeo.
Su detención fue notable por el papel que supuestamente jugaba dentro de la organización criminal, siendo señalada como operadora financiera del cártel, dedicado principalmente al robo de combustible entre otras actividades ilícitas.
La captura de Eva Ortiz desencadenó una serie de bloqueos carreteros y ataques contra comercios, lo que refleja el nivel de influencia y capacidad de respuesta del Cártel de Santa Rosa de Lima ante acciones de las autoridades. La reacción de su hijo, amenazando con escalar aún más la violencia, subraya la importancia de su figura dentro de la dinámica operativa y emocional del grupo criminal.
Sin embargo, la liberación de Eva Ortiz se produjo días después, bajo el argumento de irregularidades procedimentales durante su captura, específicamente la falta de una orden de cateo.