La denominación “Gachupín”, históricamente utilizada para referirse de manera irónica o despectiva a los españoles peninsulares en Hispanoamérica, encuentra su origen en el apellido hidalgo Cachopines de Laredo, en la actual Cantabria.
Este término, que adquirió notoriedad durante los siglos XVI y XVII, se popularizó en el contexto colonial como una expresión de la tensión social entre los españoles recién llegados y los criollos establecidos, y eventualmente evolucionaría para formar parte del léxico de la independencia americana con lemas como “Mueran los gachupines”.
El término “gachupín”, históricamente asociado a los españoles, ha experimentado diversas transformaciones semánticas desde su origen en el siglo XVI hasta la actualidad.
¿Cuál es el origen de esta palabra?
Originalmente usado en España con un matiz irónico o burlón, mutó en su significado tras cruzar el Atlántico hacia la Nueva España, donde adoptó una connotación más neutra, vinculada a la procedencia geográfica, sin intención despectiva.
La evolución lingüística de “gachupín” en México refleja los cambios sociales y políticos del país. Aunque durante el virreinato y a lo largo del siglo XIX el término mantuvo una connotación predominantemente descriptiva sin implicaciones negativas, los eventos históricos como la lucha por la independencia en 1810 y, posteriormente, la Revolución Mexicana, contribuyeron a su reinterpretación.
Durante la insurgencia contra el dominio español, los llamamientos contra los “gachupines” evidenciaron un sentimiento de rechazo, aunque el carácter peyorativo no se centraba en el término en sí, sino más bien en el contexto agitado de la época.
El análisis histórico-léxico sugiere que no fue sino hasta la segunda mitad del siglo XIX y, de manera más pronunciada, durante y después de la Revolución Mexicana, que “gachupín” comenzó a adquirir una carga despectiva significativa, reflejando las tensiones y resentimientos coloniales. Este cambio gradual en la percepción y uso de la palabra marca un punto de inflexión en la identidad nacional y las relaciones culturales entre México y España.
La evolución y significado del término “gachupín” han sido objeto de análisis en diversas fuentes etimológicas e históricas, destacando su inclusión en el Diccionario de autoridades de 1729, que lo definía como el español que residía en Indias, conocido en Perú como “chapetón”.
A lo largo de los años, diversos académicos han rastreado su origen desde diferentes ángulos, incluyendo la interpretación de Antonio Alatorre quien en 1992 señaló la influencia de la obra “La Diana” de Jorge de Montemayor de 1557, en la creación literaria del término. Además, el análisis etimológico ha explorado conexiones con el náhuatl, sugiriendo que “gachupín” podría derivar de las palabras “cactli” y “tzopini”, que juntas aludirían a los españoles como los “que llevaban espuelas”.