La Secretaría de Marina (Semar) localizó y desmanteló ocho laboratorios clandestinos en los municipios de Culiacán, Tamazula y Cosalá, localidades controladas por el Cártel de Sinaloa. En el lugar no sólo se halló material diverso para la elaboración de drogas sintéticas, sino también toneladas de metanfetamina.
De acuerdo con lo informado por la institución este 7 de mayo, la localización de los laboratorios de narcóticos se registró en días pasados, cuando personal naval realizaba recorridos en coordinación con la Fiscalía General de la República (FGR).
El primer hecho se registró en los poblados ‘La Pluma de la Gallina’ ―deshabitado―, ‘El Bledal’ ―con poco menos de mil habitantes―, ‘Carricitos’y en inmediaciones de la presa José López Portillo, donde se ubicaron siete laboratorios que contenían un total de seis toneladas de metanfetamina, 12 mil 750 litros de químicos esenciales, dos toneladas de precursores químicos, tres reactores de diferentes capacidades y otro tipo de material necesario para la elaboración de droga sintética.
El segundo hecho se registró en el poblado de ‘El Tecomate’, igual en el municipio de Culiacán. Ahí se localizaron 10 kilogramos de metanfetamina, seis mil 50 litros de químicos esenciales, una tonelada de precursores químicos, cinco reactores, ocho destiladores, dos mezcladoras y otro tipo de herramientas.
Tras su localización, los elementos de la Marina inhabilitaron y destituyeron los ocho laboratorios, logrando con ello una pérdida de millones de dólares a la delincuencia organizada, aseguró la Semar.
¿Qué drogas produce el Cártel de Sinaloa?
De acuerdo con la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), el Cártel de Sinaloa no sólo produce metanfetamina, sino también “cantidades letales” de cocaína, heroína, marihuana y fentanilo.
Los laboratorios clandestinos de la mayoría de estos estupefacientes suelen instalarse en ubicaciones remotas o de difícil acceso para evadir la detección por parte de las autoridades. Esto incluye áreas rurales, bosques, selvas, y zonas montañosas.
Además, pueden ubicarse en inmuebles abandonados o poco habitados en áreas urbanas para la producción en menor escala. La elección de estos lugares se debe a la necesidad de mantener la discreción y evitar el rastreo de sus actividades ilegales.
Aunque históricamente el ‘Triángulo Dorado’ ―una región que abarca partes de los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua― ha sido utilizado para la instalación de laboratorios clandestinos al encontrarse en un área montañosa, durante los últimos años se ha hecho más frecuente el aseguramiento de estos en la capital del estado.
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