La Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) anunció que la contigencia ambiental en Ciudad de México y Estado de México quedó suspendida a partir de las 17:00 horas de este 1 de mayo, debido a que los niveles de ozono disminuyeron en las últimas horas.
El Sistema de Monitoreo de la Calidad del Aire de la Ciudad de México reportó una disminución en la fuerza del sistema de alta presión en las últimas horas, lo cual disminuyó la estabilidad atmosférica y mejoró la circulación de aire en el Valle de México. Como resultado, a las 17:00 horas, se observó un valor máximo de 113 ppb de ozono en la estación de Cuautitlán, situada en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, mostrando una tendencia decreciente del contaminante.
Los modelos de predicción sugieren que las condiciones meteorológicas seguirán siendo propicias para la dispersión de los contaminantes durante lo que resta del día.
La Comisión Ambiental de la Megalópolis sostuvo que seguirá de cerca los cambios en la calidad del aire y las condiciones del clima, enfatizando a la ciudadanía la relevancia de adherirse a los consejos emitidos para salvaguardar la salud y minimizar las emisiones contaminantes.
¿Por qué y cuándo se decreta contingencia ambiental?
En todo el mundo, se establecen contingencias ambientales atmosféricas para salvaguardar la salud pública y disminuir las emisiones de contaminantes.
Cuando se activa el protocolo se realizan una serie de recomendaciones a la población, entre ellas evitar las actividades al aire libre especialmente en las horas de mayor radiación. Sumado a ello se imponen restricciones viales y en materia de emisiones producidas por la industria, con el fin de disminuir los niveles de contaminación ambiental.
La Ciudad de México se distingue por aplicar criterios particularmente rigurosos a nivel global para activar alertas de contingencia ambiental con el objetivo de proteger a sus residentes. A modo de comparación, en Estados Unidos, una contingencia por ozono se emite cuando el nivel alcanza las 200 partes por billón (ppb) en un promedio de una hora. Por su parte, en la Zona Metropolitana del Valle de México, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) establece la contingencia por ozono a partir de 155 partes por billón (ppb).
El ozono se forma a partir de la reacción de los compuestos orgánicos volátiles con los óxidos de nitrógeno. Los primeros proceden de la combustión o evaporación de solventes y combustibles, como la gasolina, y también se liberan al usar productos de limpieza, pinturas o tintas. Por otro lado, los segundos se originan mayormente por la combustión en vehículos automotores en el Valle de México.
La exposición a altas concentraciones de ozono puede provocar diversos síntomas y efectos adversos para la salud, entre ellos:
- Dolor, irritación y ardor en los ojos, la nariz y la garganta.
- Tos y dolor al respirar profundamente.
- Dificultad para respirar o sensación de falta de aire.
- Aumento de la susceptibilidad a infecciones respiratorias.
- Agudización de enfermedades respiratorias crónicas como el asma, conduciendo a un aumento en la frecuencia e intensidad de los ataques de asma.
- Fatiga y dolor de cabeza.
Cabe mencionar que los niveles de ozono tienen a incrementar de febrero a junio, periodo caracterizado por temperaturas elevadas, escasa nubosidad y vientos suaves, condiciones que favorecen la producción y acumulación de ozono en la atmósfera.