Este es el impacto que tiene el café en tu cerebro

Sus consumo puede tener muchos beneficios en este importante órgano aunque también efectos negativos

El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo (Imagen Ilustrativa Infobae)

El café es una bebida popular obtenida a partir de los granos tostados de las semillas de las plantas del género Coffea, los cuales se recogen, procesan y secan. Estos granos verdes no adquieren su característico sabor y aroma hasta que se tuestan, proceso que los transforma en los granos de café marrones que se muelen para preparar la bebida.

Y sin duda el café es probablemente una de las bebidas más conocidas y tomadas a nivel mundial después del agua algo que no se debe solo a su sabor amargo, que gusta a muchos, sino también, y sobre todo, a su capacidad de estimular al cuerpo y ayudarlo a combatir el cansancio.

Esto es gracias a la cafeína, el componente más conocido del café, una sustancia estimulante del sistema nervioso central, razón por la cual el café tiene un efecto revitalizante y es consumido mundialmente para ayudar despertar y mantenerse alerta.

La cafeína es la sustancia del café responsable de su efecto estimulante (Imagen ilustrativa Infobae)

En este sentido, es claro que uno de los principales efectos del café es en uno de los órganos más importantes del cuerpo: el cerebro. Sin embargo, contrario a lo que podría pensarse, el efecto de ayudar a “despertarlo” no es el único impacto del esta bebida sobre el cerebro, sino que existen otros que pueden ser beneficiosos.

El café, y en particular su componente activo la cafeína, tiene efectos benéficos tanto a corto como a largo plazo el funcionamiento cognitivo, entre los cuales se encuentran los siguientes:

  • Estimulación del Sistema Nervioso Central: La cafeína actúa como un estimulante al bloquear los efectos de un neurotransmisor inhibidor llamado adenosina. Al hacerlo, incrementa la actividad neuronal y la liberación de otros neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina, lo que mejora la atención, la concentración y reduce la sensación de fatiga.
  • Mejora del Rendimiento Cognitivo: Se ha encontrado que el consumo moderado de café mejora ciertos aspectos del rendimiento cognitivo, incluyendo la memoria, los tiempos de reacción y las funciones como la solución de problemas y la planificación.
  • Elevación del Estado de Ánimo: La cafeína puede tener efectos positivos sobre el estado de ánimo, ayudando a combatir la depresión e incrementando los niveles de bienestar. Estudios sugieren que el consumo de café puede estar asociado a un riesgo reducido de desarrollar depresión.
  • Efecto Neuroprotector: Investigaciones indican que el consumo de café está asociado con un menor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. Los antioxidantes presentes en el café, junto con la cafeína, son factores que pueden contribuir a este efecto protector.

Por su parte, además de tener beneficios, su consumo excesivo también pueden tener efectos negativos, entre los cuales pueden estar los siguientes:

  • Adaptación y Tolerancia: Con el consumo excesivo de cafeína, el cerebro se adapta reduciendo la sensibilidad a sus efectos. Esto puede llevar a una tolerancia de la sustancia, con lo cual se necesitan cantidades mayores para lograr los mismos efectos estimulantes.
  • Dependencia y Síntomas de Abstinencia: La dependencia de la cafeína puede desarrollarse con el consumo regular, y la reducción o cese de la ingesta de cafeína puede llevar a síntomas de abstinencia, como dolores de cabeza, irritabilidad y fatiga, debido a la mayor sensibilidad a la adenosina.
El consumo moderado de café puede tener beneficios para la salud del cerebro aunque también efectos negativos si se consume en exceso (Imagen Ilustrativa Infobae)

Es importante destacar que si bien el café tiene numerosos efectos beneficiosos, la sensibilidad a la cafeína varía entre individuos, y en algunas personas, puede causar efectos secundarios como ansiedad, disturbios del sueño y palpitaciones cardíacas.

Por lo tanto, el consumo debería ser moderado y adaptado a la tolerancia individual. La recomendación es no exceder más de dos tazas al día y preferir aquellos de grano más que los solubles, los cuáles tienen mucho menor concentración de antioxidantes.