El español es un idioma que está vivo y todos los días se enriquece más y más, especialmente en países como México, donde el lenguaje muta y evoluciona con nuevas palabras y expresiones. Nuestro español es rico en muchos sentidos, y palabras como“chido” o “güey”, que están bien instaladas en nuestro día a día, son prueba de ello.
“Chido” es uno de los mexicanismos más presentes en la sociedad. Se trata de un adjetivo coloquial que se utiliza para expresar que algo es bueno, agradable o de calidad. Su uso se ha extendido a diferentes contextos, desde describir una situación, un objeto, hasta valorar acciones o personas.
Su equivalencia en otros países de habla hispana puede variar, encontrando términos similares que cumplen con la función de señalar aprobación o gusto por algo. Este término refleja la riqueza y diversidad del español, adaptándose a las particularidades culturales de cada región.
El origen de la palabra “chido” se remonta a México, aunque su etimología precisa es tema de debate entre lingüistas y estudiosos del español. Una teoría sugiere que la palabra podría derivar del caló, el idioma de los gitanos españoles, que llegó a México a través de diversos flujos migratorios. En caló, existen palabras con sonidos y significados similares relacionados con la aprobación o la aceptación, lo que podría haber influenciado el español mexicano.
También cuenta con otra hipótesis de origen interesante que se remonta a la jerga asturiana. En ella se usaba la palabra “xidu” con los mismos significados, que a su vez influyó en el vocabulario gitano transformándose en “chiro”, para denotar algo resplandeciente. Este término cruzó océanos hasta llegar a México, donde sufrió una pequeña transformación y se integró al español mexicano como “chido”, proveniente de la expresión “chiro liro”. Esta última, empleada para indicar admiración o sorpresa agradable hacia algo, ayuda a rastrear la evolución lingüística que sufrió la palabra hasta su forma actual.
La transición de “chiro” a “chido” en México estuvo marcada, además, por su uso en el juego infantil de las canicas, donde la expresión “¡chiras pelas! se convertía en una declaración de triunfo cuando un jugador lograba ganar todas las canicas de su oponente.
“Chido” sigue siendo un ejemplo de cómo el lenguaje evoluciona y se enriquece con el paso del tiempo, reflejando cambios culturales y sociales.
Otros mexicanismos que vale la pena conocer
Los mexicanismos son palabras o expresiones propias del español hablado en México, reflejando la identidad y la cultura del país. Estos términos pueden derivar de lenguas indígenas, ser adaptaciones de palabras extranjeras o creaciones propias. Te contamos sobre algunos mexicanismos representativos:
- Guajolote: procedente del náhuatl “huexolotl”, se refiere al pavo.
- Chamba: manera coloquial de referirse al trabajo o empleo.
- Nopal: cactus muy común en México, palabra de origen náhuatl.
- Chicle: goma de mascar, del náhuatl “chictli”.
- Aguacate: del náhuatl “ahuacatl”, fruto conocido internacionalmente.
- Cuate: significa amigo o compañero, también de origen náhuatl.
- Chido: como ya se mencionó, es una forma coloquial de decir que algo es bueno o agradable.
- Carnal: hermano, pero también usado para designar a un amigo muy cercano.
- Chinampa: método de agricultura en áreas lacustres, término de origen náhuatl.
Estos términos ilustran la riqueza lingüística de México, mostrando la influencia de las culturas prehispánicas, así como los cambios y adaptaciones lingüísticas a lo largo de la historia. Los mexicanismos son un componente vital de la identidad cultural del país, brindando colorido y particularidad al español hablado en México.