David García Ramírez, apodado ‘El Pistache’, se ha destacado como la figura clave en la administración de locales nocturnos para el grupo criminal La Unión, según revelaciones procedentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).
El nacido el 6 de mayo de 1986 en Santa María la Ribera, García Ramírez no encajaba en el estereotipo de sicario tradicional, sino que exhibía un perfil más cercano al de un hábil relaciones públicas dentro de las dinámicas de la mafia, especialmente en espacios donde la música electrónica era la principal atracción.
La capacidad de ‘El Pistache’ para reunir a un conjunto de vendedores de drogas independientes jugó un papel crucial en el ascenso de otro líder criminal conocido como ‘El Betito’. Esta consolidación de fuerzas tuvo lugar principalmente en dos zonas de la vida nocturna de la Ciudad de México: Zona Rosa y el corredor Roma-Condesa.
“Así, el encargado de tomar el control en los antros, para La Unión, resultó ser David García Ramírez, ‘El Pistache’, nacido en la céntrica colonia Santa María la Ribera, el 6 de mayo del 1986, de acuerdo con el Cisen. De 1,75 de estatura, tez morena, rasgos finos, cabello corto a la moda y barba de candado, ‘El Pistache’ no era un sicario de cepa, pero sí un hombre con gran capacidad en hacer relaciones públicas, dentro del universo mafioso, conocía de arriba a abajo el movimiento antrero porque era asiduo, sobre todo de los sitios donde mezclaban música electrónica”, narró el autor del libro ‘Cártel Chilango’, del periodista Antonio Nieto.
Sin embargo, Luis Felipe Chávez Cabrera, alias ‘El Pavo’, mantenía el control sobre estos sectores hasta principios de octubre de 2015, justo cuando Édgar Valdez Villarreal, ‘La Barbie’, fue extraditado a Estados Unidos, dejando un vacío de poder entre sus socios en la capital del país.
“‘El Pistache’ resultó esencial para el despegue de ‘El Betito’, pues pudo reunir una bola de dealers desperdigados que ya hacían presencia en centros nocturnos, solamente Zona Rosa y el corredor Roma-Condesa, seguían a cargo de Luis Felipe Chávez Cabrera, ‘El Pavo’, y los de Insurgentes, pero solo con un hielo muy delgado, a principios de octubre de aquel 2015, Édgar Valdez Villarreal, ‘La Barbie’ fue extraditado a Estados Unidos, y sus socios en la capital, tuvieron que navegar solos”.
Esta transición de poder ocurrió en un momento crítico para las organizaciones delictivas en la Ciudad de México, marcando un nuevo capítulo en la dinámica del crimen organizado y el control de los espacios nocturnos, crucial para la distribución de sustancias ilegales y el lavado de dinero.
La habilidad de ‘El Pistache’ para navegar en este entorno hostil y su conocimiento profundo de la escena antrera resultaron ser activos invaluables para La Unión en su búsqueda por dominar el lucrativo mercado de la vida nocturna y sus actividades conexas.