¿Dolor en las piernas o dificultad para respirar? Estos son los síntomas de la trombosis

Así puedes identificar cómo se manifiesta esta condición y la importancia de un diagnóstico oportuno para prevenir complicaciones graves

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Un viaje a la anatomía
Un viaje a la anatomía interna: Detalles impresionantes de la red de venas y sangre en el cuerpo humano, revelando la maravilla de su complejidad. - (Imagen ilustrativa Infobae)

La trombosis es una condición que se produce cuando se forman coágulos sanguíneos en el interior de las venas o arterias, obstruyendo parcial o totalmente el flujo de sangre. Esta condición puede tener múltiples causas y factores de riesgo y, dependiendo de su ubicación, puede llevar a complicaciones graves, incluidas la muerte. Su comprensión, prevención y tratamiento son cruciales para la salud pública.

Tipos y Síntomas

Existen dos tipos principales de trombosis: la trombosis venosa y la arterial. La trombosis venosa profunda (TVP), que usualmente se manifiesta en las piernas, y la embolia pulmonar, son ejemplos de trombosis venosa.

Por otro lado, la arteria bloqueada puede provocar condiciones graves como ataques cardíacos o derrames cerebrales, dependiendo de la arteria afectada.

(Shutterstock)
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Los síntomas varían ampliamente dependiendo del tipo de trombosis:

  • Trombosis venosa profunda (TVP): Puede no manifestar síntomas inicialmente. Cuando lo hace, los síntomas más comunes incluyen hinchazón, dolor, enrojecimiento y calidez sobre el área afectada, generalmente en las piernas. Es crucial prestar atención a estos signos ya que una TVP puede derivar en una embolia pulmonar si el coágulo se desprende y viaja hacia los pulmones.
  • Embolia Pulmonar: Los síntomas incluyen dificultad repentina para respirar, dolor en el pecho que puede agravarse al respirar profundamente, tos que puede producir sangre, latido cardíaco acelerado y en algunos casos, mareos o desmayos.
  • Trombosis Arterial: Los síntomas varían según la arteria afectada pero pueden incluir dolor severo y rápido en el área afectada, dificultades para hablar o mover ciertas partes del cuerpo, pérdida de visión en un ojo o dolores en el pecho.

Factores de riesgo y prevención

Varios factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar trombosis, incluyendo la inmovilidad prolongada, cirugías recientes, enfermedades cardíacas o cáncer, ciertos tratamientos hormonales, el tabaquismo, obesidad, embarazo y condiciones genéticas que afectan la coagulación sanguínea.

La prevención incluye mantener un estilo de vida saludable, con dieta equilibrada y ejercicio regular. En situaciones de riesgo elevado, como largos períodos de inmovilización o después de ciertas cirugías, pueden indicarse medicamentos anticoagulantes para prevenir la formación de coágulos.

Diagnóstico y tratamiento

Trombosis (Foto: Twitter@PatologCritica)
Trombosis (Foto: Twitter@PatologCritica)

El diagnóstico de la trombosis se realiza a través de varios estudios, incluidas ecografías Doppler, tomografías computarizadas (TC) o resonancias magnéticas (RM), entre otras, que permiten visualizar el flujo sanguíneo y la presencia de coágulos.

El tratamiento busca prevenir el crecimiento del coágulo y reducir el riesgo de complicaciones. Incluye el uso de medicamentos anticoagulantes o inhibidores directos del factor Xa.

En casos severos, puede requerirse la administración de trombolíticos para disolver el coágulo, un procedimiento que conlleva el riesgo de sangrado. En situaciones específicas, como coágulos muy grandes o cuando la medicación no es efectiva, puede considerarse la intervención quirúrgica para remover o bypass el coágulo.

La importancia de la educación sobre los síntomas y factores de riesgo de la trombosis no puede ser subestimada. La detección temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales para prevenir las complicaciones asociadas a esta condición. La colaboración entre pacientes, familias y profesionales de la salud es clave para una estrategia efectiva de prevención y manejo de la trombosis.

¿Qué pasa con la vacuna anti COVID-19 de AstraZeneca?

FILE PHOTO: FILE PHOTO: Test
FILE PHOTO: FILE PHOTO: Test tubes are seen in front of a displayed AstraZeneca logo in this illustration taken, May 21, 2021. REUTERS/Dado Ruvic/Illustration/File Photo/File Photo

Recientemente también se dio a conocer que la AstraZeneca reveló que su vacuna contra el COVID-19, desarrollada en colaboración con la Universidad de Oxford podría estar asociada al síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS), aunque la farmacéutica recalca que este efecto adverso es extremadamente raro. Esta situación salió a luz en el contexto de una demanda colectiva por parte de individuos que sufrieron efectos secundarios severos tras la inoculación.

Cabe apuntar que esta vacuna fue una de las que el Gobierno de México aplicó para combatir la pandemia del COVID-19, contribuyendo significativamente a la campaña nacional de inmunización, sin embargo, las nuevas revelaciones han desatado dudas entre la población.

La trombosis con trombocitopenia (TTS) es un trastorno poco común pero grave que se caracteriza por la formación de coágulos sanguíneos inusuales en combinación con un nivel bajo de plaquetas, que son componentes de la sangre esenciales para la coagulación.

La TTS implica la formación de coágulos en partes del cuerpo donde usualmente no se forman, como en el cerebro (lo que resulta en una trombosis del seno venoso cerebral) o en el abdomen.

Los síntomas pueden incluir dolor de cabeza severo, problemas de visión, dolor abdominal, náuseas, vómitos, dificultad para respirar, o dolor en el pecho entre otros. Su tratamiento es complejo y requiere un enfoque multidisciplinario que puede incluir medicamentos que evitan la formación de coágulos y tratamientos para aumentar el conteo de plaquetas.

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