Las momias de Guanajuato son una colección de cuerpos momificados naturalmente que se encuentran en la ciudad de Guanajuato, México. Estas fueron descubiertas en el siglo XIX, cuando las autoridades locales comenzaron a exhumar cuerpos debido a la falta de espacio en los cementerios y la necesidad de reutilizar las tumbas.
Muchos de los cuerpos que fueron desenterrados se habían conservado de una manera excepcionalmente natural, gracias a las condiciones únicas de las criptas en las que se encontraban, incluyendo un ambiente seco y un suelo con propiedades particulares.
La colección incluye individuos de diversas edades y clases sociales, algunos de los cuales murieron a causa de enfermedades como el cólera, que azotó la región en varias ocasiones en el siglo XIX. Vestidos con la ropa que tenían al momento de su muerte, las momias representan una cápsula del tiempo de la época, mostrando desde indumentarias cotidianas hasta vestimentas formales.
Con el paso del tiempo, las momias de Guanajuato se han convertido en una atracción turística y cultural emblemática, no sólo de la ciudad sino de México en general. Son exhibidas en el Museo de las Momias de Guanajuato, donde miles de visitantes tienen la oportunidad de conocer más sobre este fenómeno de preservación natural, así como sobre la historia local y las historias personales detrás de cada momia.
El caso de Remigio Leroy
La historia de las momias de Guanajuato es fascinante, pero ninguna es tan emblemática como la de Remigio Leroy, la momia más antigua de esta colección mexicana.
Remigio Leroy fue un médico francés que, tras su muerte en el año 1865, se convirtió en el primer cuerpo momificado descubierto en el panteón de Santa Paula en Guanajuato, marcando el inicio de uno de los fenómenos más intrigantes y atractivos de México.
Su cuerpo fue exhumado cinco años después de su entierro (1870), debido a políticas de exhumación por falta de pago en los derechos de perpetuidad del cementerio. A diferencia de los procesos de momificación de otras culturas, la preservación de Leroy fue completamente accidental, resultado de las condiciones climáticas secas y las características particulares del suelo de Guanajuato. Estas condiciones naturales impidieron la descomposición del cuerpo y lo conservaron en un estado casi perfecto de preservación.
Vestido con su traje del siglo XIX, la momia de Leroy se destaca entre la colección por su excelente estado de conservación y su vestimenta, la cual refleja la indumentaria de la época. Este descubrimiento desató un gran interés entre la población local y los visitantes, lo que eventualmente llevó a la creación del Museo de las Momias de Guanajuato, donde Leroy y otros cuerpos momificados se exhiben hoy.
La relevancia de Remigio Leroy trasciende lo meramente anecdótico; su hallazgo permitió comprender mejor las condiciones que favorecen la momificación natural. Además, abrió la puerta a estudios más profundos sobre las prácticas funerarias de la época y ofreció una perspectiva única sobre la vestimenta, la patología y la vida en el Guanajuato del siglo XIX.
El Museo de las Momias de Guanajuato, donde Leroy y las demás momias se exhiben, se ha convertido en un importante patrimonio cultural para el municipio y México. A pesar de que algunos pueden encontrar morbo en la exhibición de estos cuerpos, para muchos otros, incluyendo a la población local, representa una profunda conexión con el pasado y una manifestación del respeto y la reverencia hacia aquellos que ya no están.
Es importante destacar que la inclusión de nuevas momias en la colección, como sucedió por última vez en 2003, se hace bajo estrictos criterios que respetan tanto la ética como el patrimonio cultural. La colección ofrece, asimismo, un espacio para reflexionar sobre la muerte, una temática universal que en México se aborda de manera única, especialmente durante celebraciones como el Día de Muertos.
La momia de Remigio Leroy actualmente tiene 159 años.