El gobierno de Enrique Peña Nieto inició con una cara “renovada” del Partido Revolucionario Institucional (PRI); sin embargo, tras dos años de popularidad alta y el éxito de las reformas estructurales, 2014 fue el año que cimbró al país por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
A casi 10 años de aquel suceso aún sin resolver, el priista contó al periodista Mario Maldoado cómo fue que vivió aquel episodio y sus respuesta quedó enmarcada en el libro Confesiones desde el exilio: EPN. Los secretos y escándalos del último gobierno del PRI.
El caso de Iguala, Guerrero, venía anticipado por la crisis y la huelga que se había presentado en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) tras la promulgación de la Reforma Educativa, mismas que estaba siendo atendidas por el entonces titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong.
Fue por lo anterior que el exmandatario reconoció como un error político involucrarse como lo hicieron desde el aparato gubernamental para solucionar lo acontecido entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre, tanto así que calificó la situación como “un dolor de cabeza” debido a que se volvió en el momento más crítico de su administración.
“Cuando nos dimos cuenta de la magnitud del caso Ayotzinapa fue un dolor de cabeza”
“Nos empezamos a meter, a involucrar, ya desde el aparato del Estado federal, pero originalmente lo que nos traía ocupados y con otro dolor de cabeza fue la huelga del Politécnico; había empezado a marchar por la reforma (educativa) y en la entrada de la institución se estaba sumando ya varias escuelas. Ya nadie se acuerda de eso”, fueron las palabras con las que recuerda el exmadatario aquel 2014.
Pese a lo anterior, el expresidente reconoció que su actuar tuvo un error de cálculo político, debido a que en el presunto afán de resguardar a dos de sus colaboradores —Tomás Zerón y Jesús Murillo Karam— terminó involucrado y como un presunto responsable de los hechos.
No obstante, de acuerdo al texto, algo que lamenta Peña Nieto es el estado de salud del extitular de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), además de que destacó cómo fue que se “quemó” por el tema, pese a contar con una amplia trayectoria en la política.
Los momentos de soledad de Peña Nieto
En medio de las declaraciones que han salido a la luz, Infobae México entrevió al autor del texto, mismo que contó cómo ha sido su vida desde que decidió autoexiliarse del país ante el inicio de investigaciones contra algunos de sus colaboradores cercanos. A pesar de sus intenciones iniciales de permanecer en su país natal para estar cerca de su familia, las circunstancias jurídicas y la eventual pandemia del Coronavirus lo condujeron a modificar sus planes.
“Después de tanto poder, de tantas relaciones con su gabinete, con su cercanos, con empresarios, con presidentes de otros países. Después pasó a estar solo en el exiliado, después vino la pandemia. Él reconoce que pasó momentos de soledad fuertes que se le fueron los amigos, que no veía su familia”, puntualizó.
A través de la narrativa de Maldonado, se extrae una imagen de Enrique Peña Nieto enfrentando momentos de introspección y nostalgia. Además, se resalta que, a pesar de los cambios en su entorno y situación, el exdirigente mantiene su característico sentido del humor y personalidad que alguna vez lo convirtieron en un fenómeno mediático.
“Confesiones desde el exilio: EPN” representa, según palabras del propio Maldonado, un punto culminante en su carrera periodística, consiguiendo un acercamiento a una figura que, hasta entonces, se había mantenido alejada del escrutinio público tras su presidencia.