En medio de las idas y venidas de la economía nacional, un alimento básico en la dieta mexicana ha experimentado un repunte en su precio, lo que podría tener un impacto significativo en el presupuesto familiar.
Según los datos recopilados por el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) durante la semana del 15 al 19 de abril, el precio del huevo rojo y blanco ha experimentado un aumento notable en varias regiones del país.
En la emblemática Central de Abasto de Iztapalapa, Ciudad de México, el kilogramo de huevo rojo alcanzó un precio alarmante de hasta 50 pesos al menudeo. Mientras tanto, su contraparte blanca se situó en el rango de 44 a 45 pesos. Con los que respecta el huevo blanco al mayoreo estuvo de 42 a 44.50 pesos.
No obstante, fue en Michoacán donde se registraron algunos de los precios más elevados. En el Mercado de Abasto de Morelia, el huevo rojo registró costo de 52 a 55 pesos al menudeo, mientras que su contraparte blanca se vendió a 44 pesos.
Pero la que registró los costos más caros, fue en Centros Mayoristas de Xalapa, donde el mayoreo fue de 60 a 65 pesos.
Precios en otras sedes
En Hidalgo, la Central de Abasto de Pachuca listó el huevo rojo a 43 pesos al mayoreo, y el blanco osciló entre 42 y 47 pesos al menudeo.
En la Central de Abasto de Toluca, Estado de México, el huevo blanco y rojo de 41.50 a 41.90 pesos. El Mercado “Adolfo López Mateos” de Cuernavaca, Morelos, reportó un precio de 36.50 pesos por kilo de huevo blanco al menudeo y 32 pesos al mayoreo.
La tendencia alcista también se observó en Nuevo León, donde los precios al mayoreo en los Mercados de Abasto de San Nicolás de los Garza y Santa Catarina alcanzaron los 42 y 41.30 pesos respectivamente. En Jalisco, el Mercado de Abasto de Guadalajara marcó el huevo blanco a 41 pesos al menudeo y 40 pesos al mayoreo.
Este incremento en el precio del huevo no solo refleja las fluctuaciones en el mercado, sino que también podría tener un impacto significativo en el costo de vida y la economía doméstica de muchos mexicanos.
La dependencia del huevo como un alimento básico en la alimentación diaria de las familias mexicanas hace que cualquier variación en su precio tenga una amplia repercusión en el presupuesto familiar, obligando a los consumidores a ajustarse y buscar alternativas para mitigar este impacto en sus gastos diarios.