La canción “La cucaracha”, una melodía folklórica tradicional de origen español, se ha consolidado como un símbolo cultural transgeneracional. Aunque popularizada en México durante la Revolución, sus orígenes se remontan a conflictos anteriores entre cristianos y moros, culminando en 1492 con la rendición de la Alhambra.
Este corrido, registrado inicialmente por el poeta y folclorista Francisco Rodríguez Marín, ha experimentado múltiples variaciones a lo largo de los años, manteniendo la emblemática frase inicial que declara la incapacitación de la cucaracha para caminar.
La referencia más antigua conocida de esta canción se halla en la novela mexicana de 1819, “La Quijotita y su prima”, de Joaquín Fernández de Lisardi, marcando su presencia en la cultura popular. Poco después, apareció en dos cancioneros en España, evidenciando su arraigo y difusión en la península.
Sin embargo, fue en México donde “La cucaracha” encontró un nuevo hogar y significado. Inicialmente traída a la nación por un capitán de marina, según indica José Joaquín Fernández de Lizardi en su novela de 1819, la canción se arraigó profundamente en el corazón del pueblo mexicano.
Su popularidad se disparó durante la Revolución mexicana, adoptando letras que reflejaban las circunstancias y los personajes de la época. Autoridades como Victoriano Huerta fueron satirizados en nuevas versiones del corrido, que narraban con humor las debilidades y vicios del mandatario.
Con letras que han variado significativamente a lo largo del tiempo, una de las primeras versiones refleja el conflicto de la expulsión de los musulmanes de la Península Ibérica en 1492 por los reyes católicos, mostrando el uso de la canción como medio de sátira política y social.
¿Qué relación tiene “La cucharacha” con la Revolución Mexicana?
Durante la Revolución mexicana, “La cucaracha” adquirió gran popularidad, adoptando letras que reflejaban el contexto y los sentimientos de la época. A pesar de su origen ambiguo y las múltiples transformaciones a lo largo de la historia, esta canción sigue siendo un símbolo perdurable de la cultura popular en el ámbito hispanohablante.
Durante el prolongado gobierno de Porfirio Díaz en México, y subsecuentemente en los turbulentos años de la Revolución Mexicana, encontró nuevos significados y usos. Con la llegada al poder de Francisco Madero y los desafíos subsecuentes que enfrentó México con el golpe de Estado y la presidencia de Victoriano Huerta, la canción adquirió connotaciones específicas, adaptándose a los tiempos.
Rafael Sánchez Escobar, periodista y músico, contribuyó a esta tradición al interpretar una versión que su madre le cantaba, convirtiéndola en un himno de guerra contra Huerta. La caracterización del entonces presidente en la canción como una cucaracha que no puede caminar debido a su afición por el coñac y “hierba”, reflejaba el humor y la crítica social del momento.
El periodista y músico Rafael Sánchez Escobar jugó un papel crucial al compartir la canción con los “carrancistas” en 1914, una versión aprendida de su madre en Campeche, convirtiendo a “La cucaracha” en un himno revolucionario y un símbolo de resistencia y crítica. La revolución proporcionó un vasto repertorio de música vernácula, marcando esta canción como uno de sus aportes más significativos.
A lo largo del tiempo, ha sido versionada e interpretada por una amplia gama de artistas internacionales y ha sido incluida en diversas manifestaciones culturales, desde el cine hasta la orquesta.
Llegó a Argentina de la mano de Roberto Firpo, quien le dio un arreglo orquestal, y ha sido interpretada por figuras tan diversas como Louis Armstrong y Los Gipsy Kings, demostrando su versatilidad y alcance universal.
En 1959, la canción y su espíritu burlón llegaron al cine en una película homónima protagonizada por María Félix, con música de Raúl Lavista, evidenciando su perdurable influencia en la cultura popular.
Letra
La cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar; porque no tiene, porque le falta la patita principal.
La cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar; porque no tiene, porque le falta marihuana que fumar.