En México, la cuestión de quién asume las pérdidas financieras tras un ataque cibernético a cuentas bancarias depende de diversas circunstancias. Según el contexto, tanto los bancos como los clientes pueden ser responsables de los fondos perdidos. Este tema ha ganado relevancia en debates financieros y legales, especialmente cuando se analizan las medidas de seguridad y la diligencia de las dos partes involucradas.
Por una parte, si un banco no implementa adecuadas medidas de seguridad, como sistemas eficaces de alerta o el monitoreo de transacciones sospechosas, podría ser considerado responsable de las pérdidas, de acuerdo con la Ley de protección de datos personales. En contraste, la negligencia por parte de los clientes, como la divulgación de datos sensibles, podría eximir a la entidad financiera de culpa, basándose en la falta de precauciones tomadas por el usuario para proteger su cuenta.
En situaciones donde no se define claramente la responsabilidad, o cuando tanto el cliente como el banco tienen parte de culpa, es posible llegar a acuerdos de responsabilidad compartida. Es imperativo que los clientes reporten inmediatamente cualquier actividad anormal y colaboren con su banco en la investigación de cualquier incidente de fraude. El resultado de estos casos depende en gran medida de los detalles específicos del incidente y de las políticas de la entidad bancaria involucrada. La leyenda urbana sobre la cancelación de deudas bancarias debido a hackeos resulta ser más compleja en la práctica, requiriendo un análisis detenido de cada caso.
En días recientes, el caso de Coppel en México, que se hizo viral en redes, sugiere la importancia de mantener sistemas de seguridad robustos y realizar monitorización continua de las transacciones financieras. Aunque se rumoreaba que los hackers habían eliminado deudas, esta afirmación fue descartada y no confirmada oficialmente por la compañía.
¿Qué dijo Coppel respecto a las fallas en su sistema?
La cadena de tiendas Coppel ha experimentado interrupciones en su sistema de operaciones en línea desde el 19 de abril del 2024, afectando a un gran número de usuarios que han reportado problemas para efectuar pagos, consultar saldos o realizar abonos a créditos a través de la plataforma digital y aplicación móvil de la empresa. En medio de especulaciones de un posible ataque cibernético a la infraestructura digital de Coppel, la compañía señaló que identificó fallas en sus sistema debido a “un incidente de ciberseguridad”. Sin embargo, este incidente ha elevado la preocupación entre los consumidores, que reflejó en un incremento en búsquedas en Google y reportes a través de redes sociales sobre los inconvenientes.
Desde que la problemática comenzó, Coppel ha hecho esfuerzos por mantener en funcionamiento sus tiendas físicas y ha comunicado, a través de su sitio web y canales de redes sociales, que su equipo técnico está enfocado en resolver la situación y aseguró que se evitó el robo de información de sus sistemas. A pesar de los desafíos, BanCoppel, la entidad financiera asociada, ha continuado operando sin afectaciones, asegurando la integridad de los servicios financieros de los clientes.
Para mitigar el impacto de estos inconvenientes técnicos en sus clientes, Coppel ha anunciado que no se aplicarán intereses moratorios por retrasos en los pagos durante el periodo afectado. Además, ha alentado a sus clientes a visitar las tiendas físicas para cualquier consulta o requerimiento, reafirmando su compromiso de restaurar la totalidad de los servicios en la mayor brevedad posible. Esta decisión busca aliviar parte de las preocupaciones de los consumidores, quienes dependen de la plataforma para la gestión de sus créditos y obligaciones financieras con la compañía.