Cuando Madonna estaba en la cúspide de su carrera llevó el concepto de los espectáculos en vivo al siguiente nivel: sabía que el teatro se podía mezclar con los conciertos musicales, y su particular y escandaloso estilo empezó a filtrarse en cada presentación que hacía. Esto fue en el año 1990, con el Blonde Ambition Tour.
Madonna fingió una masturbación en vivo, no tuvo tapujos a la hora de representar la homosexualidad sobre el escenario, referenció a la religión católica en más de una ocasión y expresó su propio erotismo como ninguna artista pop lo había hecho antes. La gira escandalizó al mismo Papa Juan Pablo II, a las autoridades -en Canadá, por ejemplo, quisieron arrestarla si no le “bajaba de tono” al show-; y la ya entonces llamada Reina del Pop jamás abandonó la bandera de hacerse notar y hablar de lo que nadie quería hablar en la música.
Tres años después de aquella inolvidable gira, Madonna sacó un nuevo disco y supo que necesitaba llevar su mensaje nuevamente al mundo. Entonces empezaron los preparativos del Girlie Show, el tour que promocionaba el polémico álbum Erotica. Aunque recibió más críticas que nunca, la fama de la artista se fue hasta el cielo y su alcance le permitió visitar países que nunca había pisado, entre ellos México.
En nuestro país los espectáculos de primer nivel estaban en pañales y no había un recinto tan grande como para recibir a artistas de la talla de Madonna, por ello comenzó tiempo antes la construcción del Foro Sol, hoy el sitio favorito para los shows de gran envergadura. La Reina del Pop inauguró el recinto en el año 1993, con tres conciertos emblemáticos que dieron mucho de qué hablar y despertaron el lado más conservador de los mexicanos.
Los mexicanos contra Madonna: la polémica se fue hasta la Cámara de Diputados
Cuando se anunció el Girlie Show en México, las críticas aparecieron casi automáticamente. Organizaciones de padres de familia se pronunciaron acerca del “peligro” que significaba la llegada de Madonna al país para las juventudes mexicanas. Hubo protestas para impedir la realización del espectáculo e incluso debates que se transmitieron en televisión, como el que moderó el fallecido presentador Nino Canún, en su emblemático programa Y usted, ¿qué opina?
Los conciertos de Madonna en México escandalizó incluso a algunos políticos, como al diputado Fernando Lerdo de Tejada, perteneciente al Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien presentó en la Cámara de Diputados una carta firmada por más de 30 mil personas que estaban en contra de los “antivalores” que representaba la reina del pop: homosexualidad, violencia, sodomía, sexualidad, rebeldía contra los padres y muchos otros.
Todavía se pueden consultar en internet algunas duras críticas de mexicanos que, entrevistados por Nino Canún para su famoso show de televisión, expresaron cosas como “Va en contra de la familia y las buenas costumbres”, “La moral del mexicano es un poco recia entonces esta muchachita es muy amoral” y “Para mí es una persona que no debería ni siquiera de estar en los posters, es un perjuicio para la juventud”.
A pesar de la presión de los detractores de la artista, los tres espectáculos se presentaron con un éxito nunca antes visto y se cientos de miles de boletos. Además, quienes tuvieron la fortuna de asistir al evento, describieron una calidad de show sin precedentes: escenografías imposibles, vestuarios deslumbrantes, desnudos, equipo tecnológico de primera y el deslumbrante talento de Madonna, quien, sobra decir, no se limitó ni un poco e hizo gala de su ya conocido atrevimiento.
El mundo cambió, y hoy, más de tres décadas después del escándalo, la Reina del Pop está de vuelta en México para celebrar cuatro décadas de música. The Celebration Tour logró agotar cinco fechas completas en el Palacio de los Deportes; la reina sigue vigente.