El caso de María José, una adolescente de 17 años cuyo trágico desenlace ha conmocionado a los habitantes de la colonia Cruz Coyuya de la alcaldía Iztacalco en la Ciudad de México, destapa una realidad estremecedora: el presunto autor de su feminicidio, Miguel “N” era su propio vecino y, además, se teme que podría ser un feminicida serial.
El 16 de abril se transformó en una fecha luctuosa para la familia de María José y para la sociedad capitalina al descubrirse que, detrás de las puertas de un vecino, se ocultaban un presunto asesino de, se cree, al menos 20 mujeres.
El presunto agresor aprovechó que María José se encontraba sola y entró a su casa para abusar sexualmente de ella. Tras el ataque, procedió a asesinarla. La madre de la víctima, al llegar a la vivienda y ver lo que había sucedido intentó detener al sujeto, pero fue igualmente atacada resultando gravemente herida. Vecinos alertados por el incidente lograron detener al sospechoso, impidiendo su fuga hasta que llegaron las autoridades.
La hermana de María José, María Fernanda, compartió un testimonio desgarrador sobre el momento en el que descubrió la escena del crimen. Al entrar a la casa, lo primero que notó fue una mancha de sangre, y luego encontró a su madre recostada en el sofá, desangrándose, con heridas visibles de cuchillo en el cuello y en la espalda, en estado de shock. Encontró a María José en lo que señaló fue “una posición extraña”, semidesnuda y con señales evidentes de agresión.
El padrastro de María José, Ernesto, expresó su dolor y cariño por María José, recordándola como una buena niña que se estaba preparando para los exámenes de admisión a la universidad, con aspiraciones de ingresar a la Universidad de Chapingo. Destacó que ella era una niña feliz y que el último mensaje que recibió de ella fue expresando su amor.
Por otro lado, Ricardo Guillermo, el padre biológico de María José, mencionó que tenía conocimiento de que el sospechoso rentaba desde hace varios años un cuarto en la azotea. Ambas declaraciones de los padres reflejan la tristeza y el shock por el brutal acto.
Qué se sabe de Miguel N.
Miguel “N”, señalado como presunto responsable del feminicidio de María José, tiene un perfil complejo y contradictorio ante la sociedad. Con 39 años de edad, su vida aparentaba ser la de un ciudadano ejemplar y un profesional exitoso en el campo de la Química.
De acuerdo con información del periodista Antonio Nieto, el presunto asesino era egresado del Instituto de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Su capacidad para hablar tres idiomas y sus viajes internacionales sugieren un individuo culto y cosmopolita, aparentemente distante a los horrores que ahora se le atribuyen.
Durante el cateo en su domicilio se encontraron cráneos humanos y artefactos que podrían haber sido utilizados para desmembrar cuerpos, como un serrucho, alimentando la teoría de que Miguel podría estar involucrado en más feminicidios. Además, según comentó el periodista Carlos Jiménez, lo hallado en su vivienda arrojan indicios de necrofilia y fetichismo.
Además de su vida como Químico de un hospital ubicado en el sur de la capital, en sus redes sociales Miguel se mostraba como actor del teatro independiente y se jactaba de ser vegano. En sus fotografías proyectaba la imagen de un individuo que disfrutaba viajar y participar en movimientos contra el maltrato animal, mostrando una doble cara ante el público y sus conocidos.
A pesar de su exitosa carrera profesional y sus intereses personales, los testimonios de conocidos y vecinos lo describen como una persona más bien introvertida y callada, revelando poco sobre sus actividades privadas.
Un vecino, de forma anónima, ha solicitado a las autoridades que se extienda la investigación debido a un hecho sospechoso ocurrido en el 2015. En aquella época, se sabe que Miguel “N” vivía con una joven en el mismo edificio donde ocurrieron los eventos recientes. Meses después, dicha mujer desapareció misteriosamente.
La familia de la joven desaparecida ha pedido a las autoridades que revisen si su pariente podría ser otra víctima de Miguel “N”. Este detalle añade una dimensión aún más preocupante al caso, sugiriendo que las actividades criminales de Miguel podrían haber empezado desde hace ya casi una década.