Luis Felipe Chávez Cabrera, conocido en el mundo criminal como ‘El Damián’ o ‘El Pavo’, fue uno de los principales operadores del Cártel de la Unión Insurgentes, el némesis de los de Tepito, con quienes protagonizaron una de las más sangrientas peleas por la capital del país.
Con la aprehensión de ‘El Damián’, el 28 de diciembre del 2016, fue que la organización creada por Édgar Valdez Villarreal, mejor conocido como ‘La Barbie’, se desarticuló, dejando el paso libre a La Unión Tepito, quien no se vio tan mermada.
Cabe mencionar que Chávez Cabrera, era primo de Edwin Agustín Cabrera Jiménez, mejor conocido como ‘El Antuan’, un ‘narcojunior’ que rompió con los estereotipos de un narcotraficante, al inspirarse de su exlíder ‘La Barbie’.
“Lo mismo pasó con los responsables del rapto masivo de ‘El Bar Heaven’, La Unión Insurgentes, que bien siguió operando por un tiempo sobre la Avenida Insurgentes y la Condesa, se diluyó, casi por completo a finales de 2016, el 28 de diciembre de ese año, fue detenido Luis Felipe Chávez Cabrera, conocido como ‘El Damián’ o ‘El Pavo’, por un homicidio consumado el 23 de ese mes, afuera del Bar Gorilas, en la colonia Roma, con ‘El Antuan’ a salto de mata y su primo encarcelado, los de Insurgentes decayeron”, se lee en el libro ‘Cártel Chilango’, de Antonio Nieto.
De acuerdo con el periodista Antonio Nieto, Luis Felipe Chávez Cabrera fue señalado de un homicidio al exterior del Bar Gorilas, en la colonia Roma, motivo por el cual cinco días más tarde fue detenido.
Homicidio de ‘El Oaxaco’, marcó un antes y un después en el narco de CDMX
La capital de México ha sido escenario de un enfrentamiento sin precedentes entre dos de los grupos del crimen organizado más notorios del país: La Unión Tepito y La Insurgentes.
Este conflicto interno alcanzó un punto de inflexión con el asesinato de ‘El Oaxaco’, un evento que, según expertos, ha marcado un antes y un después en la lucha por el control de las operaciones ilegales en la hasta ahora considerada ‘blindada’ Ciudad de México.
“Ya se había advertido que el asesinato de ‘El Oaxaco’, marcó un antes y un después en la historia del narco chilango, pues reveló que había una disputa abierta e inédita, por la supuestamente blindada capital, protagonizada por dos grupos del crimen organizado; La Unión Tepito y La Insurgentes”.
El homicidio del dealer al servicio de ‘El Antuan’ no solo reveló la existencia de una guerra abierta entre estas dos facciones, sino que también puso en evidencia la vulnerabilidad de una metrópolis que se presumía segura frente a la expansión territorial de las organizaciones criminales.