Cuál fue el monumento más imponente que ordenó construir Porfirio Díaz

La ambiciosa obra pública costó más de 6 millones de pesos de la época y definió al porfiriato

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Porfirio Díaz estuvo en la
Porfirio Díaz estuvo en la presidencia de México por 31 años.

El régimen de Porfirio Díaz se caracterizó, entre muchas otras cosas, por los portentos arquitectónicos que se construyeron en la Ciudad de México. Inspirado por la modernidad de Europa, el mandatario mexicano ordenó construir edificios, monumentos y un sinfín de obras públicas, muchas de ellas imponentes y demasiado lujosas.

Quizás, la construcción monumental más ambiciosa del porfiriato fue aquella que nunca llegó a concretarse, pero que sí avanzó en muchos sentidos. Para celebrar el centenario de la Independencia de México en 1910, Porfirio Díaz impulsó hasta 1,419 obras públicas de todo tipo. Uno de estos proyectos fue un Palacio Legislativo Federal que prometía ser el más grande del mundo en su tipo, con una extensión de 14 mil 700 metros cuadrados.

El diseño neoclásico de la obra quedó en manos de manos de Émile Bénard, quien hasta el 23 de septiembre de 1910, logró un progreso notable con una inversión acumulada de aproximadamente 6.5 millones de pesos de la época.

Proyecto del Palacio Legislativo de
Proyecto del Palacio Legislativo de Porfirio Díaz, hoy Monumento a la Revolución (Foto: Monumento a la Revolución Mexicana)

En una ceremonia espectacular encabezada por Díaz y Bénard, se colocó la primera piedra del Palacio Legislativo, y con ella, una cápsula del tiempo que contenía monedas, periódicos, fotografías, y documentos relevantes del periodo, la cual, curiosamente, aún no ha sido descubierta.

Sin embargo, el destino del Palacio Legislativo tomaría un giro inesperado. La asignación de recursos hacia el esfuerzo de contener las revueltas revolucionarias en el país resultó en la suspensión indefinida de la construcción. La imponente estructura de hierro, ya en proceso, quedó abandonada durante dos décadas, convirtiéndose en un monumento a las ambiciones no realizadas de una era.

Los cimientos y algunas estructuras parciales del palacio están ubicados en lo que hoy es la Plaza de la República en Ciudad de México, donde el Monumento a la Revolución se erige como testigo de aquellos planes ambiciosos.

Fotografía de la estructura metálica
Fotografía de la estructura metálica del Palacio Legislativo de Porfirio Díaz (Foto: Agustín Casasola 1908/National Geographic)

El proyecto del Palacio Legislativo Federal no solo representa un capítulo fascinante en la historia arquitectónica de México, sino que también refleja las tensiones y desafíos sociopolíticos de principios del siglo XX.

Las construcciones más famosas de Porfirio Díaz

Durante el gobierno de Porfirio Díaz, México experimentó un notable desarrollo en infraestructura y obras públicas, muchas de las cuales se consideran emblemáticas en la historia del país. Entre las más destacadas se encuentran:

  • Palacio de Bellas Artes: Iniciada en 1904, esta obra maestra arquitectónica destaca por su diseño opulento y la combinación de varios estilos artísticos. Aunque se concluyó después del porfiriato, en 1934, su construcción fue ordenada por Díaz como parte de las celebraciones del Centenario de la Independencia de México.
  • Paseo de la Reforma: Inspirado en los grandes bulevares europeos, Díaz amplió y embelleció esta avenida, que hoy es una de las más importantes y representativas de la Ciudad de México.
(Foto: Gettyimages)
(Foto: Gettyimages)
  • El Hospicio Cabañas: Aunque su construcción inició antes del porfiriato, fue durante la era de Díaz cuando se concluyeron importantes partes del edificio, haciendo de este uno de los complejos arquitectónicos más importantes de Guadalajara, Jalisco.
  • La Penitenciaría Modelo (hoy Palacio de Lecumberri): Inaugurada en 1900, esta prisión fue diseñada con un sistema panóptico y es notable tanto por su arquitectura como por su historia posterior como archivo nacional.
  • El Ferrocarril Mexicano: Aunque el desarrollo del ferrocarril en México no inició con Díaz, su gobierno presenció una expansión sin precedentes de la red ferroviaria, conectando importantes regiones y promoviendo el comercio y la integración del país.
  • La Columna de la Independencia: Este monumento, inaugurado en 1910 para conmemorar el Centenario de la Independencia de México, es uno de los símbolos más reconocidos de la Ciudad de México.
  • El sistema de drenaje profundo de la Ciudad de México: Para combatir las constantes inundaciones que sufría la capital, Díaz impulsó la construcción de un ambicioso sistema de drenaje que aún es fundamental para la ciudad.

Estas obras reflejan el deseo de Porfirio Díaz por modernizar el país y dejar un legado de progreso y belleza arquitectónica, aunque también son un testimonio de las desigualdades y tensiones sociales de la época.

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