En tiempos de elecciones, una de las problemáticas que más inquietan a los habitantes de la Ciudad de México es la cantidad de desechos que la propaganda de los partidos políticos dejan durante la contienda entre candidatos.
La basura electoral generada este 2024 en la Ciudad de México se estima que alcance de 25 mil a 30 mil toneladas, según la Fundación por el Rescate y Recuperación del Paisaje Urbano (FRRPU). Entre los residuos que para el mes de mayo abundarán en el asfalto de la capital, destaca el plástico de lonas, viniles adhesivos y el papel.
En noviembre de 2023, Jorge Carlos Negrete, presidente de la FRRPU dio a conocer que la cifra de basura electoral ha aumentado considerablemente. Desafortunadamente este año electoral se generarán al menos 10 mil toneladas más que en la jornada de 2018, la cual dio en ese entonces un total de 20 mil.
Al finalizar el actual periodo electoral la Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad de México (SOBSECDMX) procederá a retirar toda la propaganda de cada una de las calles, avenidas y puentes de la ciudad. Finalmente los residuos pasarán por una planta para ser procesados y convertidos en combustible
No obstante no toda la basura electoral permanecerá exhibida hasta el mes mayo, ya que la gran mayoría tiene un ciclo de vida de máximo dos días. Tal es el caso de los carteles de papel, pendones y lonas de un metro o más de altura, impresos a color y además al soporte de plástico le agregan un trozo de madera para que se mantenga extendido.
Esta propaganda es colocada y aproximadamente 24 horas más tarde ya se encuentran hechos pedazos en el suelo. Otro punto en contra es que en ocasiones los simpatizantes y colaboradores de cada partido no colocan solo un cartel, pegan y cuelgan a partir de 2 piezas para extender su publicidad en bardas que cubren una cuadra.
Residuos de papel y plásticos
La propaganda electoral que los partidos políticos manejan desde hace décadas, inlcuyen soportes gráficos como posters, folletos, flyers, carteles, folletos, vinil adhesivo, lonas, pendones, banderines y tarjetas, por mencionar solo algunos. Estos formatos son utilizados específicamente como publicidad exterior y están hechos en su mayoría de varios tipos de papel y plásticos.
Justamente ese es el punto que preocupa a la sociedad, ya que estos componentes son los que más contaminación provocan en la CDMX.
El tiempo de degradación del papel puede variar dependiendo de las condiciones ambientales, pero generalmente comienza a desintegrarse en un periodo de 2 a 6 semanas cuando es expuesto a condiciones óptimas de compostaje. Factores como la humedad, la exposición a la luz solar y el tipo de papel pueden influir en su velocidad de descomposición. En entornos menos ideales, como vertederos o en la calle, el proceso de degradación se alarga hasta 1 año.
Los pendones y las lonas que hoy en día ondean desde los puentes peatonales, departamentos y casas están hechos de plástico. Un material diseñado para ser duradero y resistente a las condiciones ambientales, lo que significa que su degradación es un proceso muy lento. El cual puede tardar entre 100 y 1000 años en desintegrarse estando en un ambiente como las calles.
Este amplio rango se debe a las diferencias en la composición química de los plásticos y las variables ambientales. La exposición a la luz solar, específicamente a los rayos ultravioleta, puede acelerar el desgaste de algunos tipos de plástico, pero incluso en estos casos demora mucho.
El manejo inadecuado de estos residuos también puede obstruir los sistemas de drenaje, lo que aumenta el riesgo de inundaciones, especialmente durante la temporada de lluvias. Además, el plástico disperso en el ambiente puede dañar la flora y fauna local, afectando la biodiversidad y los ecosistemas urbanos.