La felicidad parece ser el objetivo de vida de la mayoría de las personas, todos buscamos una existencia plena en la que se cumplan todos nuestros sueños y metas; sin embargo, esto puede ser mucho más difícil de lograr de lo que parece pues en la vida siempre existen cosas que no resultan como deseamos.
Además de esto, existen ciertos hábitos, conductas o pensamientos que incluso pueden hacer aún más complicado llegar a un estado donde nos sintamos plenos.
De acuerdo con diversos especialistas y estudios en felicidad, existen tres hábitos en concreto que suelen coincidir en las personas que tienen problemas para alcanzar dichos estados de plenitud. Es por eso que aquí te decimos cuáles son, para que puedas identificarlos en caso de que sientas que hay algo que te impide avanzar hacia la felicidad.
1. Obsesionarnos con la idea de la felicidad
Según señala Lecina Fernández Moreno, en su obra Ilusión positiva: Una herramienta casi mágica para construir tu vida, mantener obsesiones, incluso aquellas que parecen positivas como el deseo constante de alcanzar la felicidad, no es beneficioso.
A lo largo de nuestra existencia, enfrentaremos diversos desafíos y sufrimientos, por lo que es importante valorar los momentos de felicidad que surgen de acciones simples, como disfrutar de nuestras canciones preferidas o compartir una comida con seres queridos.
Esta visión nos permite soltar la creencia de que la felicidad es un estado permanente y remarca que la vida conlleva inevitablemente experiencias de dolor y de alegría en diferentes momentos.
2. Ver la felicidad como si fuera la meta final
Numerosos estudios destacan que la felicidad no debe concebirse como una meta a alcanzar, sino como parte del proceso y disfrute de la vida misma. Arthur Brooks, especialista en psicología, ha denominado a este concepto erróneo como “la falacia de la llegada”.
Este experto de la Universidad de Harvard advierte acerca del equívoco de pensar que cumplir ciertos objetivos o alcanzar determinadas metas nos hará automáticamente más felices o plenos. A menudo se piensa que la felicidad vendrá con el logro de tener una relación amorosa, adelgazar o incrementar nuestras posesiones materiales; sin embargo, alcanzar estos logros solo desplaza el horizonte hacia nuevos desafíos y complicaciones.
3. Tener baja tolerancia a la frustración
Una escasa capacidad para manejar la frustración y el malestar puede distanciarte del sentimiento de felicidad. Según un artículo publicado por la Gaceta de la UNAM, la raíz de este problema se encuentra en la incertidumbre y la inseguridad, las cuales pueden provocar no solo alteraciones psicológicas como ansiedad, depresión, insomnio, estrés, y problemas de concentración, sino también manifestaciones físicas como actos de agresión o la tendencia a evitar situaciones desafiantes.
Frente a esto, el medio vinculado a esta institución educativa sugiere enfocarse en la gestión adecuada de las emociones, alejándose de la búsqueda incesante de la perfección y fomentando un autoconcepto positivo tanto en uno mismo como en los demás.
Por su parte, algunos consejos para incrementar nuestros momentos de felicidad y que estos sean más estables pueden ser los siguientes:
- Cultiva relaciones significativas: Las conexiones humanas profundas y significativas son fundamentales para la felicidad. Dedica tiempo a construir y mantener relaciones sólidas con familiares y amigos.
- Practica la gratitud: Toma un momento cada día para reflexionar sobre lo que estás agradecido. Expresar gratitud regularmente puede aumentar los niveles de felicidad.
- Vive el momento: Enfoca tu atención en el presente en lugar de preocuparte por el futuro o lamentarte por el pasado. Practicar la atención plena puede ayudarte a disfrutar más de la vida.
- Sé gentil contigo mismo: Cultiva una actitud de compasión hacia ti mismo, reconociendo tus logros y perdonándote por tus errores.
- Establece metas realistas: Fijar y alcanzar objetivos puede proporcionar un sentido de propósito y satisfacción. Asegúrate de que tus metas sean alcanzables y significativas para ti.
- Busca el crecimiento personal: Ya sea aprendiendo algo nuevo, leyendo, o explorando nuevas experiencias, el crecimiento personal puede contribuir a un mayor bienestar.
- Limita las comparaciones: Compararte constantemente con los demás puede ser perjudicial para tu bienestar. Enfócate en tu propio progreso y logros.
- Busca ayuda cuando la necesites: No tengas miedo de buscar el apoyo de amigos, familiares o profesionales de la salud mental cuando lo necesites. Pedir ayuda es un paso importante hacia la felicidad.