En el 2017, la plataforma de streaming Netflix lanzó un documental titulado “Cuando conocí al Chapo”, en el que la famosa actriz mexicana Kate del Castillo cuenta detalles de cómo fue su encuentro con Joaquín Guzmán Loera, entonces líder del Cártel de Sinaloa.
La serie, que tiene tres capítulos, cuenta con la participación de la propia protagonista de la telenovela La Reina del Sur, quien narra de voz propia cómo fue que El Chapo la contactó y cómo se encontró con él, hasta llegar al desenlace con la captura de uno de los personajes más buscados en el mundo y a ella cerrándosele puertas en el mundo del entretenimiento.
El acercamiento entre la actriz mexicana y el líder del cártel de Sinaloa se convirtió en uno de los episodios más polémicos y mediáticos en la historia reciente de México.
La interacción entre Del Castillo y Guzmán Loera comenzó después de que la actriz publicara en sus redes sociales un mensaje dirigido al capo en 2012. Del Castillo sugirió a El Chapo que debería empezar a traficar con el bien, aludiendo a la posibilidad de que el líder del cártel utilizara su poder e influencia para apoyar a las personas necesitadas y contribuir positivamente a la sociedad. La carta incluía reflexiones sobre problemas sociales, la corrupción gubernamental y la injusticia, planteando a Guzmán como alguien quien podría convertirse en un héroe si decidiera cambiar sus métodos y objetivos hacia causas beneficiosas para la comunidad.
Esta carta captó la atención de Guzmán, quien, a través de su abogado, estableció un primer contacto con del Castillo, expresando su interés por adquirir los derechos para la realización de una película sobre su vida.
El acercamiento
El vínculo entre Kate y El Chapo comenzó a tomar forma a través de una serie de contactos indirectos. Desde los primeros acercamientos de los abogados del narcotraficante hasta la intermediación de figuras como Oliver Stone, todo apuntaba hacia un inevitable encuentro.
A través de su abogado, Guzmán Loera le hizo llegar a del Castillo un regalo: un costoso celular de última generación. Este obsequio no sólo representaba un canal de comunicación directo entre ambos, sino también una muestra de confianza y un deseo de Guzmán por mantenerse cercano a pesar de las circunstancias adversas y la distancia física.
El encargado de hacer este regalo llegar a manos de del Castillo fue Andrés Granados, quien actuó como intermediario entre el capo y la actriz. Según relatos presentados en el libro de Anabel Hernández publicado en 2021, la reacción de Guzmán al enviar el teléfono fue de visible entusiasmo y expectativa, comportándose de una manera que contrastaba con su usual paranoia y cautela.
El primer encuentro telefónico entre Kate y El Chapo fue en Guadalajara, una conversación que estuvo rodeada de precauciones para mantener la discreción y evitar la detección de las autoridades.
La implicación de Sean Penn en esta trama añadió otro nivel de complejidad. Su interés en el proyecto y su conexión con Kate llevaron a un encuentro entre los tres, donde los sentimientos y las tensiones eran palpables, según contó la propia actriz.
Los regalos de Kate
La reunión cara a cara entre Kate del Castillo, Sean Penn y El Chapo el 2 de octubre de 2015 en Sinaloa fue el clímax de esta historia. Llevados personalmente en una aeronave por Ovidio Guzmán, el encuentro estuvo marcado por regalos simbólicos y una conversación sobre propuestas filantrópicas destinadas a mitigar los efectos del crimen organizado.
Durante el histórico y controvertido encuentro entre Kate del Castillo y Joaquín “El Chapo” Guzmán, la actriz llevó consigo regalos significativos con la intención de tener un impacto más profundo en el capo del narcotráfico. Entre estos obsequios se encontraba su propio tequila, Honor, y una selección cuidadosa de libros.
La elección de su tequila Honor como uno de los regalos no era meramente casual o promocional; representaba un vínculo con su patria, México, y con su propia identidad como empresaria.
Por otro lado, confesó que llevó libros de poesía de Jaime Sabines al capo en un intento de conectar con él y llevarlo a un nivel más humano y emocional, tal vez para abrir una ventana a reflexiones más profundas sobre su vida y acciones.
“Quise llevarle algo a El Chapo, le llevé una botella de mi tequila, como un regalo y darle las gracias por la confianza. Le llevé un libro de Sabines, no sé, tal vez quería sensibilizarlo de alguna manera”, dijo la actriz en el documental.
El papel del Cisen como observador silencioso de este encuentro agregó un elemento adicional de tensión, mostrando que esta historia estaba siendo seguida de cerca por las autoridades mexicanas.
Tras la detención de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Kate del Castillo enfrentó diversas repercusiones legales y mediáticas. La publicación de la entrevista de Sean Penn con El Chapo en la revista Rolling Stone, donde se mencionaba la participación de del Castillo, atrajo la atención de las autoridades mexicanas hacia la actriz. Se iniciaron investigaciones para determinar si había recibido fondos del narcotraficante para su empresa de tequila o para el proyecto de película sobre la vida de Guzmán, lo que podría constituir un delito de lavado de dinero.
Como resultado de estas investigaciones, se reportó que Kate del Castillo fue citada a declarar ante la entonces Procuraduría General de la República (PGR) en México. Sin embargo, debido a temores de posibles acciones legales en su contra, del Castillo se mantuvo en Estados Unidos, donde reside, y optó por no viajar a México para comparecer ante las autoridades. A través de sus abogados, manifestó en varias ocasiones que se consideraba perseguida por el gobierno mexicano y que estaba dispuesta a declarar, pero en territorio estadounidense.
Esta situación tuvo un impacto significativo en la carrera y vida personal de la actriz, quien manifestó haber sufrido consecuencias emocionales y profesionales. En entrevistas posteriores, la actriz ha declarado que se sintió estigmatizada y que tuvo dificultades para encontrar trabajo en su país natal debido a la controversia generada por su relación con El Chapo y las investigaciones subsiguientes.
Sin embargo, luego del cambio de gobierno, ya con la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador sí pudo regresar a territorio mexicano.