La banda de rock mexicana Pxndx lanzó el 18 de febrero de 2007 su segundo sencillo “Los malaventurados no lloran”, parte de su álbum Amantes Sunt Amentes. Este trabajo fue producido por Kross, con asistencia de Hernán Contreras, miembro del equipo Movic. La canción explora temas profundos como el amor, la pérdida y el duelo tras el fallecimiento de un ser amado, así como la lucha interior con pensamientos suicidas.
“Los malaventurados no lloran” se distingue por su contenido lírico que aborda el dolor extremo y la desesperación que siguen a la pérdida de una persona importante. La letra refleja una intensa batalla emocional, mencionando cómo la voluntad de vivir de la persona que queda puede verse profundamente afectada.
Además, la canción no solo se centra en el dolor, sino también en el conflicto interno entre el deseo de superar este sufrimiento y la tentación del suicidio como una salida a la angustia. El vídeo musical de la canción ha generado controversia debido a su representación explícita de intentos de suicidio, lo que llevó a su censura en algunos países, incluido España.
El montaje visual presenta seis habitaciones donde se desarrollan diferentes escenas de jóvenes que intentan acabar con sus vidas. A pesar de los dramáticos intentos, ninguno logra su objetivo, sugiriendo que el destino les brinda una segunda oportunidad. Este aspecto visual complementa y amplifica el mensaje lírico de la lucha interna y la redención.
¿Qué dijo José Madero sobre esta canción?
En una entrevista concedida al podcast del reconocido luchador Vampiro Canadiense, José Madero, exvocalista de la banda Pxndx, arrojó luz sobre los misteriosos orígenes de “Los malaventurados no lloran”, uno de los temas más icónicos del repertorio del grupo.
La pieza musical, incluida en el álbum “Amantes sunt amentes” lanzado en el año 2006, se erigió rápidamente como un himno para los seguidores de la banda, convirtiéndose en una de las más solicitadas y coreadas en sus presentaciones en vivo. Durante la entrevista, se le planteó a Pepe interrogantes acerca de la narrativa que se esconde tras la canción, resaltando la intensidad y la pasión que percibió al observar el videoclip.
El cantautor compartió que, a pesar de que la letra de la canción aborda el tema de la pérdida de un ser querido y el consiguiente desolado anhelo de reunirse con él en el más allá, esta historia no tiene su origen en una experiencia personal. “Es una canción ya bastante antigua, lanzada en el 2006, y líricamente trata sobre la pérdida de alguien cercano y el desgarrador deseo de seguirlo al otro mundo; de abandonar este plano”, explicó el músico.
¿Qué representa la canción actualmente para José Madero?
En 2006, el grupo mexicano Pxndx lanzó “Los malaventurados no lloran”, un tema que rápidamente capturó la atención de sus seguidores y se incorporó al repertorio necesario en cada concierto. Esta canción, parte del álbum “Amantes sunt amentes”, se ha mantenido como una de las preferidas entre los aficionados de la banda.
El músico reveló que su fascinación por los temas oscuros se remonta a su infancia, influenciada en gran medida por su padre, quien lo introdujo en el mundo del horror a través de películas como “Jason” y “Chucky”. Este interés lo llevó a explorar temáticas sombrías en su música, abordando incluso el tema del suicidio en varias de sus composiciones a lo largo de su carrera.
“La canción puede volverse intensa en dos momentos clave: el puente y el último estribillo. Sin embargo, ahora que la estoy interpretando en solitario, prefiero tocarla sin guitarra para no sentirme limitado en mis movimientos, permitiendo así transmitir de manera más contundente el mensaje de la canción”, detalló Madero.
Finalmente, el músico subrayó que el último estribillo de “Los malaventurados no lloran” se ha convertido en el punto culminante de sus actuaciones en solitario, logrando transmitir de manera aún más impactante la esencia de la canción, que aborda la oscura temática del dolor y la pérdida. Ahora, como solista, adoptó una interpretación más íntima de la canción, prescindiendo de la guitarra para libertad de movimiento en el escenario y así conectarse de manera más profunda con su audiencia.