The Conqueror: la “película maldita” que cobró la vida de Pedro Armendáriz y varios miembros del elenco

La elección de Nevada como locación por las tensiones de la Guerra Fría expuso al elenco a peligros, cambiando la vida de muchos

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“El Conquistador de Mongolia”, un
“El Conquistador de Mongolia”, un éxito con consecuencias mortales para su elenco (RKO Radio Pictures)

La industria cinematográfica de los años 50 vivió uno de sus episodios más oscuros con la producción de “El Conquistador de Mongolia”, una película que, a pesar de su éxito inicial en taquilla, quedó marcada por una tragedia que afectó a gran parte de su elenco y equipo de producción.

La cinta, protagonizada por John Wayne, Susan Hayward y el mexicano Pedro Armendáriz, fue dirigida por Dick Powell bajo la producción de Howard Hughes.

Originalmente, el equipo buscaba rodar en Asia Oriental, pero las tensiones de la Guerra Fría les obligaron a cambiar de locación a los desiertos de Nevada en Estados Unidos, sin saber que esto los expondría a una amenaza silenciosa y mortal.

Armendáriz, reconocido por su papel en la saga de James Bond en “Desde Rusia con amor”, experimentó un calvario durante el rodaje de esta película. Malestares en la cadera que lo dejaban incapaz de caminar, un síntoma del cáncer que lo consumía sin que él lo supiera. Sus últimas escenas junto a Sean Connery tuvieron que ser completadas por su doble de acción debido a su precario estado de salud.

La película no solo fue un fracaso comercial, sino que se llevó consigo la salud y la vida de muchos involucrados. De los 220 participantes, 91 desarrollaron cáncer y 46 murieron a causa de esta enfermedad. Entre las víctimas se encontraban grandes nombres como John Wayne, Susan Hayward y el propio Armendáriz.

Los desiertos de Nevada, un
Los desiertos de Nevada, un escenario fatal por su proximidad a pruebas nucleares (RKO Radio Pictures)

¿Qué tuvo que ver la película con el suicido de Pedro Armendáriz?

En 1954, durante la realización de la película “The Conqueror” en St. George, Utah, cercano a la frontera con Nevada, se desencadenó una trágica secuela de eventos que marcaría a su elenco y equipo de producción.

Protagonizada por John Wayne, Susan Hayward, y el actor mexicano Pedro Armendáriz, el filme buscaba recrear escenarios exóticos, aunque, debido a la Guerra Fría, se optó por locaciones estadounidenses en lugar de las originales en Mongolia. La película, dirigida bajo la producción de Howard Hughes y cuestionada por su calidad y guion, terminó su rodaje con arena traída hasta Hollywood para simular el desierto.

La historia de Pedro Armendáriz, uno de los íconos del cine mexicano, está marcada por tragedia y misterio. Su muerte en 1963, oficialmente registrada como un suicidio, conmocionó a la industria cinematográfica. Sin embargo, tras ese fatídico evento, se esconde un enigma aún más oscuro y perturbador.

La cercanía de la zona de rodaje a un sitio de pruebas nucleares expuso a las 220 personas del staff a una radiación peligrosa, lo que resultó en un alarmante número de diagnósticos de cáncer y al menos 46 muertes debido a la enfermedad.

La elección de Nevada como
La elección de Nevada como locación por las tensiones de la Guerra Fría expuso al elenco a peligros nucleares, cambiando la vida de muchos (RKO Radio Pictures)

Entre las víctimas más notables se encuentra Pedro Armendáriz, quien después de sufrir un accidente durante la filmación y ser diagnosticado con un agresivo cáncer de huesos, decidió terminar con su vida en un hospital.

Susan Hayward y John Wayne, otros dos íconos de Hollywood involucrados en el proyecto, también fueron diagnosticados con cáncer años después del estreno de la película. Hayward murió a los 56 años por un cáncer que afectó su cerebro y otros órganos, mientras que Wayne sucumbió a un cáncer de estómago que se extendió a su hígado y páncreas, falleciendo a los 72 años.

La incidencia de cáncer entre los participantes ha sido interpretada por Robert Pendleton, profesor de la Universidad de Utah, como una “epidemia de números fatídicos”, resaltando el devastador impacto a largo plazo de la exposición a la radiación.

La radiación, invisible pero letal, cobró un precio demasiado alto. Pedro Armendáriz, en su última actuación, fue víctima de una tragedia que trascendió la pantalla y se convirtió en parte oscura de la historia del cine mexicano. Howard Hughes, atormentado por el resultado, se aferró a la película hasta su muerte, relegándola a un visionado obsesivo y solitario.

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