Cómo romper el ciclo de la infelicidad, según la ciencia

Paradójicamente, para alcanzar la felicidad, es esencial experimentar momentos de desdicha o, al menos, momentos sin felicidad. Esto se debe a que el contraste entre los momentos felices y los no tan felices nos permite valorar y reconocer cuando realmente experimentamos esa sensación que todos buscan alcanzar en sus vidas.

Así lo señala el profesor Chilton, un especialista en el este tema que ha basado su enfoque en un análisis antropológico de la mente humana para entender cómo se alcanza la felicidad.

En sus estudios, destaca que el cerebro primitivo se desarrolló con el objetivo de garantizar nuestra protección y supervivencia por lo que la vida emocional no es constante, sino que experimenta altibajos. En este sentido, nuestro objetivo es procurar que estos picos positivos prevalezcan y que los momentos bajos sean menos frecuentes y menos intensos.

Y es que, aunque las amenazas de nuestros ancestros ya no son las mismas, de acuerdo con la teoría del especialista, nuestra mente arcaica aún experimenta sufrimiento y ansiedad. “La mayoría de estos sentimientos de infelicidad y tensión tienen sus raíces en ese subconsciente ancestral”, indica en uno de sus estudios.

En este sentido, el especialista propone cuatro pasos claves para romper con este ciclo vicioso de la infelicidad, en el que buscamos la felicidad escapando de los momentos malos, cuando, en realidad, la manera de alcanzarla es viviendo esos momentos desagradables. Los siguientes son los pasos que propone para poder lograr lo que él propone:

De acuerdo con el experto, al tomar conciencia de la existencia de una mente instintiva y ancestral que puede influir negativamente en tu bienestar, ya estás progresando.

Esta mente subconsciente puede desencadenar reacciones automáticas que son difíciles de controlar, similares a la manera en que tu pierna se mueve involuntariamente cuando el médico aplica un golpe en tu rodilla. En este contexto, dichas reacciones pueden manifestarse en forma de soledad y tristeza.

Por otro lado, tu mente consciente puede ayudarte a relativizar las situaciones. Te permite entender que los problemas generalmente tienen solución o pueden ser vistos desde otra perspectiva.

Chilton resalta la importancia de ser conscientes de algo que él denomina como “zonas sombrías”, es decir, aquellos momentos en los que nos damos cuenta de que frecuentemente albergamos pensamientos negativos sobre un aspecto particular de nuestras vidas a lo cual propone explorar el origen de estos pensamientos.

Por ejemplo, si te encuentras dudando de tu capacidad para lograr un mejor empleo o tienes una visión pesimista respecto a alcanzar ciertos objetivos vitales sería crucial identificar cuál fue el primer incidente que te llevó a sentirte de esa manera.

En ocasiones, experimentamos emociones inevitables que emergen sin previo aviso. Lo que está en nuestras manos es incrementar la conciencia sobre estas emociones. La práctica de la meditación se presenta como una herramienta valiosa para comprender el origen de estas emociones y permitirnos dejar que se disipen.

El espacio de calma que proporcionan prácticas como el mindfulness o la meditación nos ofrecen la oportunidad de considerar las distintas opciones a nuestra disposición y tomar una decisión adecuada.

El paso final en este camino hacia la felicidad, según Chilton, consiste en aceptar que te encuentras en tu situación actual por alguna razón, y tener fe en que las cosas se desarrollarán tal como deben hacerlo.

Su recomendación es no oponerse fervientemente a la sucesión de eventos, sino más bien fluir con ellos. Esto se alinea con la filosofía de Bruce Lee de “ser agua”, sugiriendo la importancia de adaptarse a las circunstancias que nos rodean.