A principios de 2017 un grupo de vacacionistas salió de la Ciudad de México a Cancún, Quintana Roo, con una sola tarea, hacer la guerra a Los Zetas; con ellos iban mujeres y niños cargados con sus trajes de baño para disfrutar de la playa. Ese fue el disfraz que los sicarios de La Unión Tepito eligieron para ocultar sus identidades.
Cuando los falsos vacacionistas llegaron a la perla del caribe mexicano ya los esperaban las casas de seguridad llenas con las armas que les servirían para enfrentarse a Los Zetas, uno de los cárteles más sanguinarios de la historia criminal nacional y que dejaba de manifiesto el poder del Cártel Chilango.
El periodista Antonio Nieto fue quien reveló esta disputa entre los dos grupos criminales, desde su origen y hasta su desenlace están plasmados en el libro “El Cártel Chilango”, una investigación que devela los detalles más celosamente guardados del narco capitalino.
Se trató de un grupo de al menos 100 falsos vacacionistas, empero, no fueron los únicos que llegaron a Cancún para la guerra; previo a su arribo un avión con los líderes de La Unión Tepito aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Cancún: entre ellos y camuflado de staff de un evento deportivo iba José Alberto Maldonado López, alias “El Betito”, líder máximo del Cártel Chilango en esas fechas.
Como empezó la guerra entre La Unión Tepito y Los Zetas
Para que La Unión Tepito dejara la seguridad que tenía en la Ciudad de México e ir a la guerra contra Los Zetas en Cancún debía tener una razón de peso, y así fue; el secuestro de “El Bebé”, el hijo menor de Juan Juárez Orozco, alias “El Abuelo”, principal líder y fundador del Cártel Chilango.
La llegada de La Unión Tepito a Cancún tampoco fue nada improvisado, hacía años que “El Abuelo” se había mudado al caribe para administrar la llegada de cocaína proveniente de Colombia y desde ahí daba órdenes hasta su arresto en 2012 y posterior extradición a Estados Unidos; sin embargo, no era el único líder criminal que operaba en la región, en esos años también lo hacían los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG), Sinaloa, Los Zetas y el Golfo.
Fue en ese contexto que “El Rachid” -el otro hijo de “El Abuelo”- convocó a los pistoleros de La Unión Tepito para hacer la guerra a Los Zetas; nunca quedó claro cuáles fueron las razones del secuestro, pero trascendió que “El Bebé” se metió a su plaza y éstos quisieron enviarle un mensaje al Cártel Chilango que ya ganaba poder en otros estados fuera de la CDMX.
Los sicarios de La Unión Tepito disfrazados de vacacionistas y staff tenían pocas horas de haber llegado a Cancún cuando “El Rachid” les ordenó desplegarse -armados con fusiles de asalto- en narcotiendas, bares, gimnasios y comercios bajo el control de Los Zetas: la guerra estaba apunto de estallar.
Antonio Nieto relata que “El Abuelo” había conseguido formar una red de corrupción con las autoridades locales que le permitió a La Unión Tepito tener un gran músculo en la ciudad; esas conexiones ayudaron a que “El Rachid” pudiera negociar la liberación de su hermano antes de que se desataran las balaceras.
Unas horas más tarde “El Bebé” fue puesto en libertad. Hay otra hipótesis que refiere que Los Zetas nunca supieron que el sujeto al que secuestraron, quien se paseaba con mujeres exuberantes y vistiendo joyas y ropas de marca, en realidad se trataba al hijo menor de “El Abuelo”. Lo cierto es que ese día no hubo balaceras y la guerra de La Unión Tepito con Los Zetas pasó -con el tiempo- a una alianza.