En un suceso que ha capturado la atención pública, Jessica Crisóstomos y María Teresa Fortis Mayen fueron víctimas de un secuestro a manos de individuos presuntamente asociados con el grupo delictivo conocido como La Unión Tepito.
La segunda mencionada es familiar de una de las bandas de narcomenudistas más longevas en el barrio bravo, quienes no se quisieron alinear a la recién creada unión, la cual tenía planes de controlar el centro del país.
Los hechos se desarrollaron en la Ciudad de México, específicamente en la calle Matamoros, donde seis hombres fuertemente armados y vestidos con indumentaria similar a la de la Policía Federal interceptaron a las mujeres.
“Así frente a los ojos de los testigos, inyectados súbitamente de perplejidad, seis individuos bajan del automóvil y rodean a las mujeres, llevan chalecos antibalas con la leyenda Policía Federal, botas tácticas y rifles de asalto AR-15, a Jessica Crisóstomos la obligan a sentarse en los asientos traseros del coche, al tiempo que a María Teresa Fortis Mayen, le quitan su teléfono celular y la obligan a sentarse en posición fetal en la cajuela, enseguida los secuestradores saltan al vehículo, y el conductor arranca endemoniadamente por la calle Matamoros, según el informe que la Policía Capitalina hará del caso y las averiguaciones posteriores”, se lee en el libro ‘Cártel Chilango’, del periodista Antonio Nieto.
Según la Policía Capitalina, Crisóstomos fue forzada a subir a los asientos traseros de un vehículo, mientras que Fortis Mayen fue despojada de su teléfono celular y obligada a ocupar la cajuela en posición fetal antes de que los agresores huyeran del lugar.
Los secuestradores, que portaban chalecos antibalas y rifles de asalto AR-15, lograron ejecutar el secuestro en plena luz del día y frente a testigos, evidenciando la gravedad y el descaro de este tipo de operaciones.
Fue entonces que los maleantes hablaron con los familiares de María Teresa, a través de su teléfono celular. Su hermano Juan Luis Fortis Mayen, fue quien le contestó y en todo momento se negó a pagarles el monto que les exigían.
“Con el celular de María Teresa, uno de los plagiarios hace una llamada, e instantes después le contesta una voz masculina, ‘qué pasó’, ‘levantamos a tu carnala vergu..ro’, ‘no se pasen de pende..os’, contesta Juan Luis Fortis Mayen, miembro de una de las familias más longevas en el oscuro mafioso de Tepito, aunque el 19 de abril del 2004, alegó que lo que se decía de ellos, eran puras mentiras, ‘te vas a alinear con la empresa o qué’, decía el secuestrador de María Teresa, ‘ni madr..s cule...s’, ‘alinéate, te la regresamos enterita’, ‘no seas pend...’, tras un largo silencio, se oye insistir al sicario, ‘van a ser 100 mil al mes perr.. o tu carnala va a ser la primera’, no hay forma de negociar, es rendirse al mandato de la empresa o cantarle la guerra sin vuelta atrás, el silencio de Juan Luis Fortis Mayen, se interpreta como respuesta negativa y se corta la llamada”.
De acuerdo con el periodista Antonio Nieto, los maleantes les solicitaban 100 mil al mes para que siguieran trabajando, sin embargo, Juan Luis jamás quiso llegar a un acuerdo, por lo que a los días Jessica y María Teresa fueron encontradas sin vida en el mismo asentamiento capitalino.