El 31 de agosto de 1932 ocurrió un eclipse solar total visible en diversas partes del mundo, incluyendo regiones de África, América del Sur y el Océano Atlántico. Durante este fenómeno astronómico, la Luna se interpuso directamente entre la Tierra y el Sol, cubriendo completamente al astro y proyectando una sombra sobre el planeta Tierra.
Entre los observadores que experimentaron la oscuridad aquel día, destacaron dos artistas mexicanos que fueron inmortalizados en una fotografía, Frida Kahlo y Diego Rivera, una de las parejas más emblemáticas y turbulentas del mundo del arte del siglo XX.
En aquel entonces, los artistas se encontraban en Detroit, Michigan, pues el pintor realizaba por encargo los murales “Detroit Industry” (Murales de la Industria de Detroit). Se trata de una serie de frescos realizados por el muralista mexicano, considerados entre sus obras más significativas y un tesoro del arte estadounidense.
Fueron comisionados por el Instituto de Artes de Detroit y completados en 1933, por lo que Rivera pasó varios meses en Detroit, donde encontró inspiración en la industria automotriz de la ciudad, en particular, en la planta de montaje de la Ford Motor Company.
Precisamente en la fotografía en blanco y negro que pertenece al Instituto de Artes de Detroit (Detroit Institute of Arts), aparece Diego Rivera, a su derecha Frida Kahlo y acompañado por tres de sus asistentes. De acuerdo al Instituto, en aquel instante los creativos realizaron una pausa en su trabajo para presenciar el eclipse solar total de 1932.
Según información del Instituto de Artes, Diego, Frida y los ayudantes estaban de pie en el techo del museo observando el fenómeno astronómico con sus respectivos filtros especiales.
Frida y Diego fueron capturados sonriendo y en un estado de relajación, durante la contemplación del histórico eclipse solar.
Cabe señalar que existe una teoría acerca del popular cuadro de Kahlo, el cual se titula “Autorretrato en la frontera entre Estados Unidos y México”. Pues el eclipse solar total que experimentaron en Detroit, habría sido una de las inspiraciones para la creación de esta obra, ya que resaltan dos elementos en la pintura de la artista, el sol y la luna acercándose entré sí.