Aunque se crea lo contrario, un caldo o una bebida caliente es la mejor manera de refrescarte en estos tiempos de calor, aseguró la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Y es que desde hace unas semanas, las olas de calor en México no paran, y se han alcanzado temperaturas cada vez más incómodas para los habitantes del país.
En opinión de la prestigiosa universidad, cuando está haciendo calor e ingerimos una bebida que esté caliente, los termosensores de nuestro cuerpo comienzan a trabajar y se inicia un proceso de transpiración como acto de compensación ante el calor, después, el sudor se evapora y esto termina siendo muy refrescante.
Por supuesto, esto aplica a todas las bebidas calientes que entren a nuestro organismo, por lo que la idea de las abuelitas y mamás mexicanas de cocinar caldo para comer durante las tardes calurosas no es tan descabellada y, al contrario, es realmente oportuno. Esta tradición podría ser otra herencia de saberes ancestrales, fenómeno que ocurre mucho en las familias mexicanas.
Así que la próxima vez que las temperaturas en México estén llegando a niveles molestos, tomar un caldo, un café o un chocolate bien caliente es una gran idea para nivelar nuestra temperatura y sentirnos un poco mejor durante el día. Eso sí, no lo hagas si no quieres sudar, porque el sudor es parte necesaria del proceso.
Otras formas de mitigar el calor
En épocas de altas temperaturas, encontrar formas efectivas para aliviar el calor se convierte en una prioridad. La clave para mantenerse fresco y cómodo reside en una combinación de medidas preventivas y prácticas diarias. Aquí se detalla una guía ampliada para mitigar el impacto del calor excesivo.
Primero, la hidratación es esencial. Beber agua constantemente a lo largo del día, incluso si no se tiene sed, es fundamental para regular la temperatura corporal. Se sugiere evitar las bebidas con cafeína o alcohol, ya que pueden conducir a la deshidratación. Además, optar por líquidos frescos o a temperatura ambiente puede proporcionar un alivio inmediato del calor.
La elección de vestimenta también juega un papel importante. Ropas ligeras, holgadas y de colores claros reflejan mejor la luz solar y favorecen la evaporación del sudor, facilitando así la regulación térmica del cuerpo. Los tejidos naturales como el algodón, el lino o el bambú son preferibles por su capacidad de transpiración.
Modificar el entorno es otra estrategia efectiva. Durante las horas de mayor insolación, cerrar cortinas o bajar persianas puede reducir significativamente la temperatura interior. El uso de ventiladores de techo o portátiles fomenta la circulación de aire, mientras que el aire acondicionado, si bien es más eficaz, debe usarse de manera consciente para evitar el excesivo consumo energético y el impacto ambiental.
La adaptación de la rutina diaria es esencial para minimizar la exposición al calor. Realizar actividades físicas al aire libre en las horas más frescas del día, ya sea temprano en la mañana o al atardecer, reduce el riesgo de golpes de calor. Asimismo, las duchas frecuentes con agua tibia o fresca pueden proporcionar un alivio instantáneo, ayudando a bajar la temperatura corporal.
En cuanto a la alimentación, optar por comidas ligeras y no copiosas facilita la digestión y contribuye a mantener el cuerpo más fresco. Las frutas y verduras, ricas en agua, son opciones ideales para mantenerse hidratado desde el interior. Por supuesto, un caldo también es opción.
Por último, se deben tomar precauciones especiales con bebés, ancianos y personas con enfermedades crónicas, ya que son más susceptibles a los efectos del calor extremo. Mantener estos consejos en práctica y estar atento a las necesidades específicas de cada persona ayudarán a superar los días más calurosos de manera más cómoda y segura.