Viuda de Villavicencio, candidato ecuatoriano asesinado, explota contra AMLO tras opinar sobre el caso: “No tiene calidad moral”

Verónica Sarauz, esposa de Fernando Villavicencio, candidato presidencial de Ecuador asesinado en agosto de 2023, lamentó las recientes declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador y le exigió silencio, luego de que el líder del Ejecutivo retomó el caso durante su tradicional conferencia de prensa matutina para hablar sobre las consecuencias de este hecho.

A través de X, antes Twitter, Sarauz aseguró que las “fuerzas progresistas” de Ecuador que el mandatario federal defiende tanto están vinculadas al crimen organizado y el narcotráfico, mismos a los que señala como sospechosos de participar en el magnicidio de su esposo.

“Lamentable la declaración del presidente de México sobre el magnicidio de mi esposo Fernando Villavicencio (...). En nombre de mi familia exijo respeto por la memoria de Fernando y al presidente López Obrador, ¡silencio!”, escribió durante la tarde de 4 de abril.

Asimismo, afirmó que López Obrador no tiene calidad moral de hablar de democracia, pues, dijo, el gobierno mexicano mantiene vínculos con grupos que también mantienen operaciones en Ecuador.

Cabe destacar que, tras la muerte de Villavicencio, Sarauz declaró que el también periodista y político fue asesinado porque fue el único que se enfrentó a las mafias políticas y a los narcotraficantes.

Además de Verónica Sarauz, la hija de Fernando Villavicencio, Amanda, también se pronunció al respecto de las declaraciones del líder del Ejecutivo.

Durante la tarde del jueves expresó su indignación, afirmando que su padre fue víctima de los criminales a los que investigaba. Subrayó que algunos de estos individuos se encuentran refugiados en la embajada de México en Ecuador, así como dentro del territorio mexicano.

Asimismo, en un tono de evidente molestia, criticó duramente al presidente de México:

Este posicionamiento del mandatario mexicano reaviva el debate sobre las motivaciones detrás del homicidio de Villavicencio, involucrando a la política interna ecuatoriana en sus implicaciones, principalmente porque resuenan con las teorías promovidas por el movimiento político correísta; pues sostiene que el crimen tenía el objetivo de afectarlos negativamente.

La acusación de que el asesinato buscaba dañar a la corriente política de Revolución Ciudadana agrega una dimensión internacional al caso, al vincularlo con opiniones de líderes de otros países.

El reciente conflicto entre Ecuador y el presidente López Obrador inicio durante la conferencia de prensa matutina del 4 de abril, luego de que el mandatario federal tabasqueño mencionó a Villavicencio y señaló que su asesinato perjudicó a Luisa González, candidata presidencial del movimiento Revolución Ciudadana; el liderado por el exgobernante progresista Rafael Correa (2007-2017).

“Un candidato que habla mal de la candidata que va a arriba, de repente es asesinado, y la candidata que iba arriba se cae. Pero la candidata que queda como sospechosa sigue haciendo campaña, en circunstancias, considero, muy difíciles. (...) Pues no ganó la candidata y lo más lamentable es que continúa la violencia que utilizaron nada más en el momento”, comentó el presidente.

Pocas horas después, el gobierno de Ecuador anunció que decidió declarar persona non grata a la embajadora de México en Quito, Raquel Serur.

Mediante un comunicado, la cancillería de dicho país invocó el principio de “no intervención” en asuntos internos de otro país y la convención de Viena para tomar la medida diplomática que implica la salida del país de la embajadora.

“En el contexto de las recientes y muy desafortunadas declaraciones del presidente de México, el gobierno de Ecuador ha decidido declarar ‘persona non grata’ a la embajadora de México en Quito”, se lee en el documento.

Además, indicó que la nación suramericana aún vive el “luto” por el crimen a tiros de Villavicencio, ocurrido en agosto del año pasado, cuando el entonces candidato presidencial salía de un mitin político electoral en un concurrido barrio del norte Quito, a plena luz del día.

En la conferencia matutina de este viernes, el presidente de México, oriundo de Tabasco, enfatizó su decisión de no cortar lazos diplomáticos con el país centroamericano, aclarando que su gobierno no busca conflictos con otras naciones.

Expresó que, a pesar de las posturas combativas detectadas en el gobierno ecuatoriano, su administración proseguirá con una política de independencia y soberanía, asegurando la continuidad de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

“Nosotros no vamos a romper relaciones, ni vamos a hacer lo mismo con el embajador de Ecuador”, afirmó categóricamente.

Desde el Salón de la Tesorería del Palacio Nacional, el mandatario anunció el envío de una aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana hacia Quito.

Este vuelo tiene como cometido principal repatriar a la embajadora mexicana, y además, se espera que en el regreso también se encuentre a bordo Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador, quien ha estado asilado en la embajada mexicana desde diciembre de 2023, tras haber solicitado asilo político.

Villavicencio fue acribillado a tiros el 9 de agosto de 2023, a la salida de un mitin electoral en Quito cuando faltaban once días para la celebración de la primera vuelta de las elecciones generales extraordinarias.

El asesinato de Villavicencio elevó a cotas inéditas la ola de violencia que azota a Ecuador desde hace unos tres años, por lo que el país se convirtió en uno de los más violentos de Latinoamérica, con 45 homicidios por cada 100 mil habitantes en 2023.

El pasado 8 de enero el presidente Noboa decretó un estado de excepción a escala nacional por los elevados niveles de inseguridad, y declaró una situación de “conflicto armado interno”, por la que pasó a denominar como “terroristas” a 22 grupos de delincuencia organizada.

La espiral de violencia en Ecuador se desató justo después de que Noboa anunciara su decisión de poner en marcha un plan para recuperar el control de las prisiones, muchas de ellas dominadas internamente por grupos de delincuentes, cuyas rivalidades ha dejado más de 450 presos asesinados desde 2020 en una serie de masacres carcelarias.

Con información de EFE.