Esta es la presa en Hidalgo ofrecida al dios Tláloc por pobladores para invocar lluvias

Debido a las sequías que enfrenta el país, los pobladores se unieron para realizar un ritual para pedir por la Madre Tierra y para que llueva

Guardar
Tláloc, es una de las
Tláloc, es una de las deidades más famosas de la cultura mexica. Foto / Neomexicanismos

La falta de lluvia y sequías que enfrenta el país es un tema que preocupa a los pobladores del municipio de Mineral del Chico en Hidalgo, quienes llevaron a cabo un ritual prehispánico para pedir a Tláloc, dios de la lluvia, que dé fin a las temporadas secas.

La ceremonia se realizó en la presa La Estanzuela, a la cual se puede ingresar a pie debido a que cuenta con niveles muy bajos de agua. Sin embargo, este lugar era conocido anteriormente por sus grandes cantidades de agua y por ser un excelente lugar para visitar y pescar; de lo cual ya no queda practicante nada.

La presa La Estanzuela

Este sitio se encuentra en medio de las montañas llenas de bosque que conforman el Parque Nacional “El Chico”, por lo que era un lugar de gran atracción turística que permitía admirar los peñascos y disfrutar de la tranquilidad de sus aguas.

A causa de las sequías que han afectado el país, este sitio ha disminuido sus grandes cantidades de agua, pues ya solo quedan algunas cuantas masas de agua y peces muertos sobre la tierra que muestran los rastros de lo que alguna vez fue la presa La Estanzuela.

Las decenas de pobladores de Mineral del Chico que se congregaron en el sitio, recordaron cuando llevaban a sus animales para beber agua o alimentarse del pasto que crecía en sus alrededores.

Así lucía la presa La
Así lucía la presa La Estanzuela en Hidalgo. Fotos: Google Angel Bikers | Arturo Pérez

El ritual para las lluvias

El ritual estuvo dirigido por la médica tradicional Isabel Macotela, quien en compañía de los pobladores de la región, realizaron una ceremonia tradicional para pedir por lluvias y en agradecimiento a la Madre Tierra.

Los participantes se encargaron de llevar flores, frutos, semillas de maíz, garbanzo, frijol, calabaza, plantas medicinales, licor, incienso y agua, entre otros productos. Con ellos se encargaron de realizar una ofrenda en honor a la tierra.

“Necesitamos agua, necesitamos lluvia”, señaló Macotela. Además, dijo que con este ritual se busca que los cuatro elementos del universo se restablezcan: agua, tierra, viento y fuego.

La ofrenda se colocó sobre un circulo que realizaron con las hierbas medicinales, en el cual realizaron una cruz que señala los cuatro puntos cardinales, así como sobre un caracol que representa el viento. En el centro se puso un incensario para quemar copal que representa el fuego, y por último vasos y vasijas para representar el agua y semillas en referencia de la tierra.

Además, se colocaron alimentos como tamales, arroz, pan y vino para que “sean aprovechados por los animales que viven en las cercanías de la presa”, señaló Isabel Macotela.

Finalmente, los asistentes se encargaron de cantar plegarias en compañía de un tambor de estilo prehispánico y del caracol, con lo cual buscaron retomar los aprendizajes de las culturas otomí, mexica, chichimeca, ente otras.

REUTERS/Raquel Cunha
REUTERS/Raquel Cunha

¿Quién era el dios Tláloc?

Era un dios mexica encargado de las lluvias y del relámpago, además era conocido por tener la facultad para dominar el agua y proveer del licor que contribuía al crecimiento de los cultivos.

Debido a sus grandes poderes en cuanto al crecimiento de los cultivos, se le ofrecían sacrificios tanto de animales como de seres humanos, ya que dependían de él para tener buenas temporadas de cosecha y cultivos sanos.

Según el Consejo Nacional de Humanidades Ciencias y Tecnologías (CONACYT), el agua era un elemento fundamental para la vida, por lo cual ocupó un lugar central en las ceremonias y ritos de los mexicas.

Al considerar al agua como un elemento curativo, los baños de vapor se consideraban una manera de “purificar el cuerpo”, por lo que creían que al hacerlo podían renacer.

Además, el CONACYT señala que la realización de rituales era esencial para evitar sequías o inundaciones en las tierras de cultivo o en las ciudades.

Guardar