María Félix es una de las actrices más importantes en la época del Cine de Oro Mexicano y a lo largo de su vida protagonizó filmes de gran relevancia que ahora son consideradas de culto. Tal es el caso de una que fue grabada en lo que ahora es conocido como el Aeropuerto Internacional de la CDMX (AICM).
Cabe señalar que esta megaconstrucción data de 1928 cuando se creó un acuerdo presidencial en el que se autorizaba construir campos de aterrizaje. Así, un año después ya estaría en funcionamiento.
No obstante, fue hasta 1949 cuando las obras de renovación iniciaron y estuvieron a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas. Para ese entonces se construyeron pistas y una gran plataforma de 500 metros de longitud por 180 metros.
En 1952 se inauguró oficialmente el Aeropuerto Central de México y tanto el presidente Miguel Alemán, junto a su gabinete recorrieron el nuevo aeropuerto. Para 1963 el Ing. Walter Cross Buchanan dictó que el nombre del lugar sería “Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México” y años más tarde se le añadió el ‘Benito Juárez’.
¿Qué película de María Félix se grabó en el AICM?
El filme es El Peñón de las Ánimas, el cual resulta un clásico del cine mexicano dirigido por Miguel Zacarías y estrenado en 1953. Esta película, considerada un ícono del género ranchero, está protagonizada por Jorge Negrete y María Félix.
Resulta que esta película fue grabada en el Pueblo del Peñón de los Baños, sitio donde está el AICM y que está en la alcaldía Venustiano Carranza, en la Ciudad de México.
Además, el lugar tiene una gran importancia histórica y cultural, ya que es uno de los dos pueblos originarios de la región y sus orígenes se remontan a tiempos prehispánicos.
Las aguas del Peñón de los Baños son consideradas una maravilla natural y geológica debido a su composición mineral, la cual se dice que tiene propiedades regenerativas.
¿De qué trata ‘El Peñón de las Ánimas?
La trama se desarrolla en un contexto de rivalidad entre dos familias por la propiedad de un rancho, en medio de la cual surge un apasionado romance entre José Luis (Negrete) y Amapola (Félix).
La historia combina elementos de romance, drama y acción, típicos del cine ranchero de la época. La química entre El Charro Cantor es evidente en pantalla, y su interpretación de los personajes principales es convincente y emotiva.
La película destaca por su hermosa fotografía, que muestra los paisajes agrestes y la belleza natural de México, así como por su banda sonora, que incluye canciones icónicas como “Ay Jalisco no te rajes” y “Si nos dejan”.