A pocos meses de que termine el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), aún no se tienen bien definidos los criterios con los que actúa el mandatario cuando alguno de los suyos se mete en un escándalo. Así lo aseguró el periodista Carlos Loret de Mola en su columna Historias de reportero de este martes, titulada El implacable castigo al soldado Nieto.
En ella, menciona que Santiago Nieto, a quien la Sala Regional Toluca del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) le revocó su candidatura para senador por Morena, es el ejemplo más reciente. Y es que Loret de Mola recuerda que en los primeros años del sexenio AMLO tuvo en él a un soldado “fiel y entregado”, al frente de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).
Loret explica que, por servir a los intereses de AMLO, Nieto arrojó a la “basura” su trayectoria y el nombre que había construido como servidor público comprometido con el combate a la corrupción. Santiago Nieto se convirtió en el brazo con el que el régimen perseguía a quienes el Presidente consideraba a sus adversarios políticos. “Pasó de ser un representante de la salud democrática a un icono del autoritarismo”, asegura el periodista.
Nieto, con tal de complacer los apetitos de López Obrador, se despojó de todo profesionalismo y se rebajó al indigno papel de acudir a las mañaneras para “danzar la música de la saliva presidencial”. Nieto se encargaba de abrir una investigación de la UIF cuando AMLO necesitaba quitarse de encima a algún juez independiente, funcionario autónomo o empresario rebelde. Esto servía para alimentar las calumnias obradoristas, aunque judicialmente no llegara a ningún lado. Esto fue muy eficaz contra muchos personajes que se doblaron.
Luego de endosarse políticamente a AMLO, un día Nieto decidió que quería casarse con una gran fiesta. “Una boda fifí”. Eso fue algo que el Presidente no perdonó y lo lanzó al “basurero de sus desprecios”. Nieto se fue del gabinete federal, buscó refugió en el equipó del gobernador de Hidalgo de manera temporal y ahora que quiso ser senador, ni con eso recibió ayuda del mandatario. “Lo dejó vulnerable a que el Tribunal Electoral bateara su candidatura y así sucedió hace unos días”.
Loret menciona que tanto Santiago Nieto, como César Yáñez, aún más íntimo del Presidente, son dos soldados que “sirvieron sin reparo a su comandante”, pero que fueron “desterrados” por la misma razón: una boda cara. El motivo, señala el periodista, parece irrelevante frente a otros escándalos en los que han estado involucrados personajes de la política cercanos a AMLO, sin embargo, con ellos no ha habido esas consecuencias. Menciona las casas, empresas y contratos de Bartlett; los 15 mil millones de Ignacio Ovalle en Segalmex; Rocío Nahle y su inexplicable riqueza; Adán Augusto López y sus desplantes de poder y dinero; los contratos de la hermana del extitular de la Segob Rosalinda López, número dos del SAT; el edificio de Luisa María Alcalde; los contratos de Román Meyer; los abusos de poder de Alejandro Gertz Manero, titular de la Fiscalía General de la República (FGR); los viajes VIP del secretario de Defensa; la incontenible Ana Gabriela Guevara; Las irregularidades que costaron vidas de Francisco Garduño en Migración o la línea 12, por la que tuvieron que pagar Marcelo Ebrard o Claudia Sheinbaum. Por no hablar de la corrupción y tráfico de influencias de sus hijos y amigos íntimos, recalca el periodista.
“¿Por qué frente a hechos mucho más graves defiende a sus colaboradores al extremo de la irracionalidad y el alto costo político?”, se pregunta. “El criterio no parece seguir ninguna lógica”, concluye la columna.