Como fruto de su primer matrimonio con Alejandrina Salazar Hernández, el narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán procreó a Alejandrina Gisselle y César Guzmán Salazar. En su intento por mantenerse alejados del ámbito del narcotráfico, los hijos del capo sinaloense se involucraron en el sector empresarial y operaron sus propios negocios.
En 1990, la familia materna de Alejandrina y César fundó una empresa dedicada a la compraventa, importación y exportación de útiles escolares, de dibujo y de papelería. El negocio fue llamado “Gissell Artículos Escolares y de Oficina S.A. de C.V.”.
Sin embargo, fue hasta el 2000 cuando la empresa fue constituida legalmente en el Registro Público de Comercio de Guadalajara, en Jalisco, según quedó constatado en un trámite que se realizó el 13 de noviembre de ese año en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga.
En aquella ocasión Alejandrina y César se convirtieron en socios con el 50% de la empresa, según indica José Luis Montenegro en su libro Los Chapitos: radiografía criminal de los herederos del Cártel de Sinaloa, publicado en marzo de 2024 bajo la editorial Penguin Random House.
El 27 de noviembre de 2000, se realizó un trámite para que la empresa pudiera operar en todo el país y se presentó la renuncia de Esmeralda Guadalupe Guerra Salazar como administradora general; en su cargo quedó César Guzmán Salazar.
“Se confirió a los señores César y Alejandrina Gisselle Guzmán poder general, judicial, pleitos y cobranzas, actos de administración y de dominio”, se indica en el expediente consultado por el periodista especializado en temas de seguridad y narcotráfico.
Con lo anterior, la empresa de artículos escolares y papelería logró operar a lo largo de una década sin ningún contratiempo. Aunque los hijos de ‘El Chapo’ Guzmán figuraban como sus principales socios, no estuvo bajo la mira de las autoridades mexicanas.
Fue hasta el 2012 cuando “Gissell Artículos Escolares y de Oficina” puso fin a sus operaciones en territorio mexicano. De acuerdo con José Luis Montenegro, su cierre tuvo que ver con el intento fallido de Alejandrina de ingresar a Estados Unidos (EEUU) de manera irregular.
En aquel año, la hija de ‘El Chapo’ intentó cruzar a EEUU para dar a luz, pero fue detenida por agentes fronterizos en la garita de San Ysidro, en Tijuana, por presentar un pasaporte y visa apócrifos. En octubre de 2012 fue procesada en San Diego por seis cargos de fraude y declaraciones falsas.
Esa no fue la única incursión de Alejandrina en el sector empresarial. También estuvo detrás de la marca de ropa “El Chapo 701″, a través de la cual se vendían prendas —desde sudaderas hasta gorras— con la imagen de Joaquín Guzmán Loera. Para ese entonces, el rostro del capo sinaloense ya formaban parte de los derechos de propiedad de Guzmán Salazar.
Asimismo, se convirtió en socia mayoritaria de “Servicios Especializados en Vacunación Cegival S.A. de C.V.”, gracias a su formación como médica cirujana. Esta empresa fue constituida en diciembre de 2007 para la compra-venta, exportación, fabricación y comercialización de medicamentos, vacunas, suplementos alimenticios y productos farmacéuticos.