El caso de Camila Gómez puso en evidencia a un Estado sobrepasado y a una población harta de la violencia que cada más recurrente pretende y hace “justicia” por su propia mano: tan sólo en los últimos seis años se han registrado cerca de mil 800 intentos de linchamientos en todo el país.
Las imágenes de Ana Rosa “N” -la mujer asesinada por presuntamente ser parte del secuestro y asesinato de Camila- son demasiados fuertes pero también evidencia del hartazgo por la falta de justicia que impera a nivel nacional; datos de la organización México Evalúa refieren que en 2022 el porcentaje de impunidad alcanzó el 96.3 por ciento en México.
Ante la falta de castigos a los criminales, muchas personas -sin averiguaciones previas y, en ocasiones, con nulas evidencias- han recurrido a sus propios medios para hacer un poco de “justicia”: según una investigación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), desde 2016 a 2022 se contabilizaron un total de mil 619 casos e intentos de linchamiento: mil 423 se consumaron.
De acuerdo a los datos de la UAM, cada mes se registran en promedio 22.4 casos e intentos de linchamiento en el país, la mayoría de ellos en condiciones similares al de los presuntos responsables de la Camila Gómez: una policía que llega tarde a los hechos, una población enardecida por un crimen atroz y unas autoridades (Fiscalía, Ministerios Públicos y gobernantes) que revictimizan.
Camila, una víctima más de feminicidio infantil
Tan sólo en 2023 se documentaron 179 intentos de linchamientos, según cifras recogidas por el estudio “Galería del horror: atrocidades y eventos de alto impacto”, de los cuáles se concretaron 19; la mayoría de los casos se registraron en Puebla (27), Tlaxcala (24) e Hidalgo (23), mientras que en Guerrero se contabilizaron 10 sucesos similares.
Si bien los intentos de linchamiento suelen tener como combustible distintos delitos como el robo, secuestro u homicidio, conviene resaltar la cifra de 266 asesinatos de niñas, niños y adolescentes registrados en todo el 2023; otra cifra puntual son los 45 feminicidios infantiles cometidos el año pasado, según datos de la organización Aquí Estamos: feminicidio infantil en México.
En los últimos años dos casos de linchamiento conmocionaron al país: Daniel Picazo fue confundido con un “roba chicos” y los pobladores de la localidad de Papatlazolco, Puebla, lo golpearon hasta matarlo; el joven asesor de una diputada tenía una casa de descanso en la región, pero su camioneta con placas foráneas y una falsa alerta que circuló en WhatsApp sobre personas que “raptaban” menores fueron su condena.
El segundo caso también pasó en Puebla, pero en el municipio de San Miguel Tianguistenco, ahí los habitantes atraparon a una persona que robó dos brócolis; cerca de 150 personas lo golpearon, lo amarraron a un poste y estaban apunto de prenderle fuego.
Apolonio fue rescatado por la policía y llevado a un hospital de San Martín Texmelucan donde perdió la vida por la gravedad de sus heridas: su crimen fue tener hambre.