Este es el valioso regalo que Hernán Cortés hizo a La Malinche

La Malinche, cuyo nombre original era Malintzin fue una figura clave en la Conquista de México en el siglo XVI. Nació alrededor de 1500 en una región que ahora pertenece al estado de Veracruz, México. Provenía de una familia noble del imperio Nahua pero fue vendida o entregada como esclava a comerciantes mayas tras la muerte de su padre y el segundo matrimonio de su madre.

A principios de la década de 1520, Malintzin fue entregada a Hernán Cortés, el conquistador español, quien la vio como un valioso activo, especialmente por su habilidad lingüística, ya que hablaba náhuatl, la lengua de los aztecas, y maya. Esto le permitió actuar como intérprete, mediadora y consejera durante la conquista de México.

Doña Marina, como también se le conoce, jugó un papel crucial en las alianzas políticas que Cortés formó con los pueblos indígenas y en la eventual caída del imperio azteca bajo el mando de Moctezuma II.

Con el tiempo, Malintzin tuvo un hijo con Cortés, Martín, quien es considerado uno de los primeros mestizos.

Un dato menos conocido es que Malintzin habría recibido un valioso regalo de parte de Cortés: una hacienda.

La leyenda cuenta que alrededor de 1524 Doña Marina llegó a San Juan del Río, Querétaro acompañada por su esposo, Don Juan Jaramillo.

Fue el cóyuge de Malintzin quien construyó una finca para ella cerca del pueblo, por órdenes de Hernán Cortés, quien le obsequió la propiedad en reconocimiento por su labor como mediadora entre los españoles y los pueblos originarios que se aliaron a ellos.

No se tiene registro de cuánto tiempo vivió La Malinche en esta hacienda, pero se cree que fueron algunos meses y que en ese breve periodo nació ahí su hija, María Jaramillo.

Tras su muerte, la propiedad quedó a cargo de Don Juan Jaramillo y de su segunda esposa, Doña Beatriz de Andrade Cervantes. Bajo su poder, la hacienda prosperó y fue conocida como El Mayorazgo de La Llave.

Cuando Don Juan Jaramillo falleció el nieto de La Malinche, Don Pedro De Quezada (hijo de María Jaramillo), reclamó parte de las tierras.

Sin embargo, con el paso de las décadas la que fuera la hacienda de Malintzin dejó de estar en el poder de sus herederos y se fragmentó en varios terrenos.

Para 1584 el inmueble comenzó a ser conocido como Hacienda Galindo, nombre que lleva hasta la actualidad.

En la actualidad, la propiedad es un hotel de la cadena Fiesta Americana que cuenta con terrazas, jardines y espacios al aire libre.

Bajo el nombre Fiesta Americana Hacienda Galindo Resort & Spa cuenta con otras amenidades como salones de juego, canchas de tenis, basquetbol, spa y alberca.

Otro de los atractivos del hospedaje es el viñedo que lo rodea, en el cual se produce vino a partir de diferentes tipos de uva que fueron traídos desde España.

Los huéspedes del hotel pueden degustar vino blanco, rojo o espumoso producido en la hacienda.