CDMX: Cinco barrios mágicos para visitar en Semana Santa

El criterio de selección para estos barrios incluye su relevancia histórica y singularidad cultural

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Este barrio mágico fue el
Este barrio mágico fue el primero en recibir esta denominación en Ciudad de México por la Secretaría de Turismo federal. Crédito: Cuartoscuro

Las vacaciones de Semana Santa acaban de iniciar, pero si aún no tienes plan o decidiste quedarte en Ciudad de México, puedes aventurarte a uno de los barrios mágicos que hay a lo largo de sus 16 alcaldías.

Estos lugares cuentan con historia y misticismo, lo que los ha hecho merecedores de este nombramiento.

Este barrio mágico fue el primero en recibir esta denominación en Ciudad de México por la Secretaría de Turismo federal.

El lugar permite disfrutar de paseos en coloridas trajineras; así como de visitas a su mercado de plantas y flores, su Convento del siglo XVI, sus museos y ajolotario.

Además de vivir una experiencia inolvidable en la Isla de las Muñecas, uno de los principales atractivos turísticos dentro de sus canales.

Xochimilco permite disfrutar de paseos
Xochimilco permite disfrutar de paseos en coloridas trajineras. Crédito: Cuartoscuro

San Andrés Mixquic

Este barrio mágico está enclavado en la alcaldía Tláhuac y es sede de una de las celebraciones más populares de México: el Día de Muertos.

En el lugar además puede disfrutarse de platillos derivados del maíz, como los tlapiques, las gorditas de nata, el chileatole y los esquites con chorizo mientras se camina por sus calles.

O si se prefiere puede visitarse la Parroquia y el convento de San Andrés Apóstol, construido en el siglo XVI. Su fachada principal cuenta con muros construidos con piedra de Tezontle.

Mixquic es sede de una
Mixquic es sede de una de las celebraciones más populares de México: el Día de Muertos. (Cuartoscuro)

Zona Rosa

Este barrio mágico está ubicado en la alcaldía Cuauhtémoc y forma parte del llamado Corredor Turístico de Paseo de la Reforma.

La zona se caracteriza por su vida nocturna, ya que cuenta con bares y antros que se adaptan a cada uno de los gustos de los visitantes, hoteles y galerías de arte.

Originalmente, estaba establecida como un distrito residencial de lujo, en la que había amplias residencias y palacios de diseño ecléctico, representando el esplendor y la opulencia de la época.

Este barrio mágico está localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México y en él puede disfrutarse de la música de mariachi, además de restaurantes y cantinas cuya oferta culinaria se enfoca en platillos típicos.

Por si fuera poco, al recorrer la su plaza puede encontrarse el Museo del Tequila y el Mezcal, así como tríos musicales, grupos de son jarocho o música norteña que ofrecen su servicio a cambio de dinero.

En Garibaldi puede disfrutarse de
En Garibaldi puede disfrutarse de la música de mariachi (Google Maps)

Barrio de La Merced

Está localizado en el Centro Histórico de la capital del país y está ligado al mercado que lleva su mismo nombre: Mercado de la Merced, a donde acuden cientos de personas para comprar alguno de los tantos productos que ofrece.

En sus calles aún se encuentran partes del Convento de la Merced, uno de los más importantes de la Nueva España, y que fue reemplazado por hogares, escuelas y edificios gubernamentales.

¿Cuántos barrios mágicos hay en la CDMX?

Desde 2011, la Ciudad de México ha implementado un programa que cataloga a 23 barrios como Barrios Mágicos Turísticos, con el fin de destacar el valor turístico, cultural e histórico que poseen.

Este programa, promovido por la Secretaría de Turismo del Distrito Federal, busca no solo preservar, sino también potenciar el encanto único de estas zonas de la capital.

Este programa de Barrios Mágicos Turísticos fue establecido como una estrategia para enriquecer la experiencia de los viajeros que visitan la Ciudad de México, ofreciéndoles una perspectiva más amplia de su riqueza histórica y cultural.

El criterio de selección para estos barrios incluye su relevancia histórica, la singularidad cultural y la capacidad de ofrecer una experiencia turística auténtica y enriquecedora. La meta es poner en valor estas áreas no solo para los turistas sino también para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

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