Adiós al Popocatépetl: ¿el volcán podría destruirse con una intensa erupción?

El volcán Popocatépetl vio nacer a la Ciudad de México y sus dioses mexicas, luego fue mudo testigo de la caída de Tenochtitlán y a lo largo de los siglos ha contemplado la intensa actividad humana en los estados de Puebla, Morelos y Estado de México.

Este volcán ha visto crecer miles de generaciones de mexicanos y cada uno de nosotros al levantar la vista al horizonte pudimos conocer a “Don Goyo”, a quien consideramos un miembro inamovible del Valle de México, sin embargo, antes de él existieron al menos otros dos volcanes y en un futuro la “montaña humeante” podría decirle adiós al paisaje, de presentarse una erupción violenta.

Un análisis de la morfología del volcán y su evolución geológica a cargo de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred) confirmaron la existencia de al menos tres volcanes previos.

Esto quiere decir que antes de “El Popo” el terreno fue ocupado por los volcanes Nexpayantla, Ventorrillo y El Fraile.

El estudio refiere que esos tres volcanes fueron destruidos por erupciones extraordinariamente grandes.

El Nexpayantla se destruyó hace 400 mil años como consecuencia de una gran erupción tipo Bezimiany (nombrada así por el volcán en Rusia).

Una explosión de este tipo se distingue por su explosividad y la producción de grandes flujos piroclásticos. Estas erupciones involucran la destrucción parcial o total del domo de lava del volcán, seguido de una explosión lateral o dirigida que propulsa cenizas, gases y fragmentos de roca a la atmósfera.

Posteriormente se creó el Ventorrillo, mismo que dijo adiós alrededor de 23 mil años derivado de una violenta erupción del tipo Santa Helena, con características muy similares.

Finalmente, El Fraile dominó durante un periodo y hace 14 mil 500 años una fuerte explosión lo destruyó. Sobre los restos se erigió el cono moderno del Popocatépetl, dándole la silueta que los mexicanos finalmente conocemos.

Luego de un periodo de letargo que duró alrededor de 70 años, “Don Goyo” despertó el 21 de diciembre de 1994, causando alerta en las poblaciones cercanas por la repentina caída de ceniza.

Desde entonces el Popo mantiene una constante actividad consistente en fumarolas, terremotos, explosiones y la expulsión de material incandescente.

El Popocatépetl es uno de los volcanes más activos de México y uno de los cinco a nivel mundial con mayores posibilidades de erupción, según investigadores internacionales. La densidad de poblaciones a su alrededor lo vuelven uno de los más peligrosos, pues millones de personas conviven muy de cerca con “Don Goyo”.

Los registros de actividad más antiguos datan desde la época prehispánica y algunos códices refieren actividad intensa en 1509, pero se considera que ha tenido erupciones significativas a lo largo de los últimos milenios.

La actividad a lo largo de 2024 no ha alcanzado los niveles de intensidad registrados entre 2022 y 2023, sin embargo, la semana previa a la Semana Santa, la montaña humeante volvió a expulsar lava.

De acuerdo con el diagnóstico reciente del Cenapred, se mantiene el Semáforo de Alerta Volcánica en nivel amarillo fase 2.

En caso de que el semáforo de alerta volcánica del Popocatépetl llegue a rojo, implicará una fase de alerta máxima.

Esto significa que se ha detectado una actividad que indica una erupción inminente o en curso, con posibles flujos piroclásticos, emisiones significativas de ceniza y la posibilidad de flujos de lava.

Se debe aclarar que predecir con exactitud una posible erupción y su magnitud no es posible, pero la UNAM y el Cenapred vigilan de forma constante a “Don Goyo” para analizar si la actividad volcánica representa un riesgo mayor.

En esta fase de semáforo en rojo fase 2, se recomienda la evacuación de las áreas cercanas al volcán, la preparación de refugios temporales y la implementación de medidas de seguridad para proteger a la población y a la infraestructura crítica.