Qué es la capa gris que cubre la CDMX hoy 27 de marzo tras los incendios forestales en el Valle de México

Las autoridades sanitarias alertan sobre los efectos adversos de las partículas PM 2.5 en niños y ancianos; recomendando medidas preventivas para mitigar su exposición y el uso de cubrebocas

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Los incendios forestales contribuyen a
Los incendios forestales contribuyen a la mala calidad del aire y la formación de smog. (EFE/Sáshenka Gutiérrez).

La contaminación atmosférica en el Valle de México persiste sin mostrar señales de disminución. La capa de contaminación, visible desde grandes alturas, se debe a la presencia de partículas PM 2.5, las cuales poseen un diámetro menor a 2.5 micras y llegan de forma directa a los pulmones durante el proceso de respiración. Esos contaminantes contienen sustancias orgánicas, polvo, hollín, metales y componentes químicos.

Las partículas PM 2.5 se han identificado como un serio riesgo para la salud pública debido a su capacidad para penetrar profundamente en el sistema respiratorio. La capa gris que cubre a la CDMX es peligrosa a causa de estos contaminantes que se han desatado tras los incendios forestales. Durante la semana del 15 al 21 de marzo de 2024, se registraron 20 incendios forestales en México, lo que afectó una superficie total de 207.86 hectáreas. Los estados más afectados por esta oleada de incendios fueron Tlaxcala, Veracruz, Chiapas, Durango y Morelos. Estas cinco entidades sumaron el 99%, de la superficie dañada, según el reporte semanal a nacional de Incendios Forestales de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

¿Cómo afectan los incendios forestales a la calidad del aire?

Los incendios forestales están considerados como una significativa fuente de contaminación atmosférica, liberando una mezcla compleja de gases y partículas finas nocivas para la salud humana. Entre los principales compuestos emitidos se encuentran el ozono, monóxido de carbono, compuestos aromáticos policíclicos, dióxido de nitrógeno y diversas partículas. Estos elementos son conocidos por su potencial para desencadenar o agravar enfermedades respiratorias y cardiovasculares, también son los componentes del smog: la nube grisácea que cubre a las ciudades con altos niveles de población.

El humo de los incendios
El humo de los incendios forestales aumenta la presencia del ozono dañino y el smog que cubre a las ciudades sobrepobladas. (EFE/EPA/ANTON BRINK).

Un reciente estudio de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), ha revelado que el humo producido por la quema de biomasa es un contribuyente significativo a la presencia de ozono, uno de los contaminantes más perjudiciales en el aire urbano. Este hallazgo surge de una misión de investigación atmosférica global que pone de relieve la importancia de dirigir esfuerzos hacia la mitigación de este tipo de emisiones.

El ozono juega un papel dual en el medio ambiente, funcionando tanto como un protector vital contra la radiación ultravioleta dañina en la estratosfera como un potente contaminante atmosférico a nivel del suelo. Este gas es responsable de diversas afecciones respiratorias. A nivel del suelo se forma por reacciones químicas entre óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles en presencia de luz solar, convirtiéndose así en el principal componente del smog urbano, de acuerdo con la Universidad de Harvard.

Efectos en la salud de los incendios forestales

A diferencia de otros componentes del humo y la contaminación atmosférica, las PM 2,5 son especialmente peligrosas debido a su pequeño tamaño. Esto les permite no solo alcanzar las partes más recónditas del sistema respiratorio sino también afectar la calidad del aire de manera más generalizada. Investigaciones recientes han establecido de manera consistente una correlación directa entre la exposición a estos contaminantes a corto plazo y un incremento en la mortalidad general, así como con afecciones relacionadas con el sistema cardiovascular y respiratorio, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Journal of the Air & Waste Management Association.

El humo de los incendios
El humo de los incendios forestales provoca tos y dificultad para respirar a corto plazo. (SALUD ESPAÑA EUROPA/UAM/Europa Press).

La mezcla de gases y partículas finas que se liberan al quemarse vegetación y materiales de construcción representa un riesgo tanto para individuos saludables como para aquellos con condiciones de salud preexistentes, especialmente los ancianos, niños, mujeres embarazadas y personas con afecciones cardíacas o respiratorias. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informa de algunos síntomas inmediatos que indican una un daño a la salud tras los incendios forestales:

  • Tos
  • Dificultad para respirar
  • Ataques de asma
  • Aceleración del ritmo cardíaco
  • Irritación ocular
  • Inflamación de la garganta
  • Congestión nasal
  • Sibilancias
  • Fatiga

Recomendaciones para cuidar de la salud durante episodios de humo de incendios forestales:

  • Limitar la exposición al aire libre cuando la calidad del aire sea pobre.
  • Utilizar mascarillas N95 para filtrar partículas dañinas.
  • Mantenerse informado sobre los boletines de calidad del aire emitidos por autoridades locales y nacionales.
  • Vigilar los síntomas de afecciones respiratorias y cardíacas preexistentes, que pueden intensificarse por la inhalación de humo.
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