En los últimos años, el delito de extorsión ha venido en aumento en diversos municipios del Estado de México, generando preocupación en el sector empresarial y la ciudadanía en general.
Según datos proporcionados por el presidente del Consejo Coordinador Empresarial del Estado de México (CCEM), Germán Jalil Hernández, municipios como Toluca, Lerma y Metepec se encuentran entre los más afectados por este flagelo, con estadísticas que superan incluso el promedio nacional.
El presidente del CCEM señaló que, a pesar de una ligera disminución en el último mes debido a la falta de denuncias formales, la extorsión sigue siendo un delito alarmante en la región.
¿Cuál es el modus operandi?
Una de las modalidades más comunes es la extorsión telefónica, donde los delincuentes contactan a las víctimas haciéndose pasar por familiares en peligro y exigiendo dinero a cambio de su liberación.
Datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) revelaron un preocupante aumento del 11% en las víctimas de extorsión durante el primer bimestre del año 2024 en comparación con el mismo período del año anterior.
Las entidades más afectadas incluyen al Estado de México, Guanajuato, Veracruz, Nuevo León, Jalisco y la Ciudad de México.
Por su parte, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) también ha advertido sobre el crecimiento de la extorsión, convirtiéndose en uno de los delitos más comunes que afectan a ciudadanos, empresas y comunidades en todo el país.
¿De dónde salen las llamadas para extorsionar?
Según el presidente del CCEM, las llamadas de extorsión en el Estado de México provienen mayoritariamente de los penales, con el 70 y 80 por ciento, especialmente de regiones como Guerrero, Michoacán y el norte del país.
Ante esta situación, los empresarios afiliados al CCEM están recibiendo capacitación continua por parte de las autoridades para saber cómo actuar en caso de ser víctimas de extorsión, enfatizando la importancia de mantener la calma y no ceder ante las demandas de los delincuentes.
El impacto de la extorsión va más allá de las pérdidas económicas para las empresas, afectando también el tejido social y la seguridad de la población. Se corre el riesgo de cierre de empresas, pérdida de empleos y una disminución en el crecimiento económico de la región.
Ante esta alarmante situación, el llamado del sector empresarial es claro: se requiere un reforzamiento de la seguridad por parte de las autoridades para combatir eficazmente este delito y proteger a la población y al sector productivo del Estado de México.