“Yo si regreso, me matan”, expresó Fernando José, un joven de 22 años que fue reclutado por La Familia Michoacana, organización criminal en la que se desempeñó como sicario durante la guerra que mantuvieron con Los Tlacos en el estado de Guerrero.
Fernando fue detenido por pobladores del municipio de Técpan de Galeana hace cuatro días. El pasado lunes, habitantes de la comunidad de Santa Rosa de Lima ofrecieron una conferencia de prensa en la primaria Lázaro Cárdenas, donde presentaron al joven mencionado.
Fernando fue interrogado por los comisarios de la comunidad sobre sus actividades criminales con La Familia Michoacana. Confesó haber participado en enfrentamientos armados y en ataques con drones en varias partes de la sierra guerrerense.
Pese a ello, el presunto implicado en los hechos violentos pidió que no lo entregaran a las autoridades estatales. Esto debido al temor de ser capturado nuevamente por los miembros del crimen organizado, pues acusó que mantienen una complicidad con la Policía de Guerrero.
Dos años con La Familia Michoacana
Fernando tiene 22 años. Es de tez morena, complexión delgada y cabello negro. Dijo ser originario de la comunidad Miahuatlán de Hidalgo, ubicada en el municipio Ixtapan del Oro, en el Estado de México (Edomex).
El joven concluyó la secundaria en el Edomex y no siguió con sus estudios, pero comentó que de pequeño se dedicó al campo y ayudó su padre, quien se dedica al cultivo de aguacates.
Uno de los comisarios guerrerenses le preguntó si había sido reclutado por La Familia Michoacana a la fuerza, ante lo que Fernando respondió afirmativamente. Sobre esa ocasión no tiene muchos recuerdos, sólo señaló que fue “levantado” hace dos años por un grupo de sujetos armados que circulaban en una camioneta cerca de su localidad.
Desde entonces, portó un arma de fuego para combatir a Los Tlacos, grupo delictivo que hasta el pasado mes de febrero mantenía una cruenta disputa con La Familia Michoacana por el control de la sierra guerrerense.
Pero antes de la tregua, Fernando tuvo que participar en la confrontación. “Fue una guerra muy fea, la de Los Tlacos. Hubo masacres”, expresó el joven en el interrogatorio, el cual fue compartido por la página de Facebook “TG Comunicación”.
También se vio involucrado en ataques con drones en las comunidades de El Camarón y El Porvenir, aunque asegura que él no manejaba los sistemas aéreos no tripulados. Su principal zona de operación era Pericotepec, una localidad situada en el municipio de San Miguel Totolapan.
Durante los dos años que formó parte de la organización liderada por los hermanos Johnny y Alfredo Hurtado Olascoaga, Fernando no vio a su familia y comenzó a consumir cocaína debido a la falta de alimentos. “No había qué comer. Estaba en la sierra, ni modo que dijera ‘voy a la tienda’. Mejor compro un gramo, cuesta mil pesos”, explicó el joven, quien asegura haber dejado dicha droga porque lo ponía “nervioso”.
“¿Por qué pelean?”, preguntó uno de los comisarios guerrerenses sobre los objetivos de La Familia Michoacana en Guerrero, pero Fernando no sabía las verdaderas razones. Pese a ello, intuía cuáles eran sus planes. “Quieren el poder de todos los lugares. Ellos quieren las brechas, pasar de un lugar a otro sin ningún problema”, respondió.
Por sus labores en La Familia Michoacana, Fernando dijo que recibía 14 mil pesos al mes. Pero había ocasiones en las que no le pagaban y sólo le daban un taco tras un intenso enfrentamiento.
“Le mandaban a uno un taco dorado de la guerra contra Los Tlacos. ¡Un taco dorado en la noche para comer, a pesar de que dábamos la vida! Da coraje eso. Pero la droga no puede faltar”, expresó.
Indicó que al igual que él, hay muchos jóvenes que han sido incorporados a las filas de la delincuencia organizada de manera forzada. “Hay niños de 14 años que son reclutados. Los arrean con un palo (...) No creo que estén ahí por gusto. Los someten”, señaló Fernando.
“¿Te arrepientes?”, preguntó uno de los habitantes de Guerrero. “Sí, señor. Eché a perder mi vida”, respondió el joven mexiquense, quien no descartó haber matado a alguien durante la guerra contra Los Tlacos.
Fernando se reúne con su familia
El último enfrentamiento en el que combatió el joven de 22 años tuvo lugar el 14 de marzo en El Porvenir, localidad ubicada en el municipio de Petatlán. Mientras los sicarios de La Familia Michoacana se retiraban del lugar, Fernando quedó hasta atrás del grupo y se perdió del resto.
Durante una semana deambuló sin saber adónde se dirigía. Lo único que llevaba consigo era un rifle AK-47, también conocido como “cuerno de chivo”. Cuando caminaba por una zona conocida como El Venadito, ubicada en la sierra de Técpan, encontró a un hombre y le pidió ayuda.
Antes de acercarse, Fernando dejó atrás su rifle para que no pensara que se trataba de un ataque. Luego de explicarle su situación, el joven fue llevado a la comunidad de Santa Rosa de Lima, donde le entregaron alimentos y agua.
El mismo día del interrogatorio (25 de marzo), Fernando pudo reunirse con su familia después de dos años. Reportes de Quadratín indican que la madre y el padre del joven mexiquense llegaron hasta el poblado de Santa Rosa para ver a su hijo.
El padre de Fernando se identificó como José “N” y agradeció a las más de 100 personas presentes por no atentar contra su hijo. Con lágrimas en los ojos, recordó que su vástago había sido reclutado por hombres armados y desde entonces no sabían sobre su paradero.
Señaló que no levantaron una denuncia por desaparición ya que desconocen los procesos jurídicos que se necesitan para ello. Por esa razón, José había dado por muerto a su hijo, pues sabía que lo más posible era que no lo volviera a ver con vida.
“Pasé días y noches llorando porque cuando los levantan ya nos los regresan. Gracias a ustedes mi hijo está vivo. Yo creí que estaba muerto”, expresó José, mientras abrazaba con fuerzas a Fernando.
Ante esta situación, comisarios de las comunidades de Santa Rosa de Lima presentaron un comunicado dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con la finalidad de entregar a Fernando a las autoridades federales y no a las de Guerrero.
“Señor presidente, de la manera más respetuosa le solicitamos la presencia de la Lic. Rosa Isela Rodríguez Velázquez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, para hacerle entrega del detenido o alguien de su gabinete de seguridad, ya que no confiamos en el gobierno estatal”, se lee en el comunicado.
Hoy en día, La Familia Michoacana y Los Tlacos sostienen una tregua gracias a la intervención de los cuatro Obispos de Guerrero, quienes a principios de este año solicitaron a los respectivos líderes delincuenciales llegar a un acuerdo para restablecer la paz en el estado.