La miel además de ser un endulzante delicioso que se utiliza en la elaboración de distintos platillos, es considerada un verdadero elíxir ya que ofrece múltiples beneficios para la salud.
Entre los que destaca el cuidado de la piel ya que es un efectivo remedio casero de belleza. La miel al ser aplicada en el rostro actúa como un humectante natural debido a sus componentes que atraen y retienen la humedad en la piel. Contiene enzimas con propiedades antioxidantes, que ayudan a proteger la piel contra los daños ambientales y a promover su regeneración.
Esta ducle sustancia tiene también propiedades antibacterianas, haciendo que sea útil en la limpieza del cutis y en la prevención o reducción de infecciones relacionadas con el acné. Además de que acelera el proceso de cicatrización de pequeñas heridas o cortes superficiales.
Generalmente la miel se incorpora en mascarillas para el rostro, pues funciona como un exfoliante suave, removiendo células muertas de la piel.
Para usar la miel como remedio de belleza se recomienda usar miel pura, si es posible, orgánica, para maximizar sus beneficios y minimizar el riesgo de irritación cutánea por aditivos. A continuación limpiar muy bien la zona donde se aplicará el fluido natural ara eliminar impurezas y residuos.
Una vez se tenga la piel limpia y seca, con los dedos limpios o con un pincel, procede a aplicar una capa fina y uniforme de miel sobre la cara, evitando el contacto con los ojos. Dejar actuar la miel sobre de 15 a 30 minutos para que la piel absorba las propiedades de la mascarilla. Pasado el tiempo indicado, enjuagar con agua tibia, realizando movimientos circulares suaves para ayudar a remover la miel y a exfoliar ligeramente la dermis.
¿Cada cuánto se puede aplicar la miel en el rostro?
Al usar miel de manera regular en el cuidado de la piel facial, se puede lograr una tez más suave, limpia, y con apariencia más juvenil. Esto gracias a que esta sustancia retarda los signos del envejecimiento como arrugas y líneas de expresión.
Este procedimiento puede realizarse una o dos veces por semana, dependiendo de la sensibilidad del cutis y de cómo este responda al tratamiento. La miel también puede combinarse con otros ingredientes naturales, como azúcar, café, limón, aceites o aloe vera, para potenciar sus beneficios, siempre teniendo en cuenta la compatibilidad de estos componentes con su tipo de piel. Se recomienda también realizarse una prueba de sensibilidad.