Durante décadas, el salmón ha sido aclamado como uno de los alimentos más saludables, una verdadera joya nutricional que debía ser incluida en la dieta diaria.
Sin embargo, un reciente estudio publicado en Nature Food ha desafiado estas creencias arraigadas, sugiriendo que el estatus del salmón como fuente de nutrientes esenciales podría ser un mito.
Investigadores de las universidades de Cambridge, Lancaster, Stirling y Aberdeen han arrojado luz sobre el impacto de la producción en piscifactorías de este popular pez, revelando una pérdida significativa de nutrientes clave en el proceso.
¿Cuáles nutrientes se pierden?
El calcio, yodo, hierro, omega-3, y las vitaminas B12 y A, seis de los nueve nutrientes esenciales para el cuerpo humano, se ven afectados por la cría de salmón en cautiverio.
El pescado alimentado con ECM contenía más nutrientes que el filete de salmón de piscifactoría, con una retención de nutrientes inferior al 100 % para seis de los nueve nutrientes, lo que indica una ineficiencia nutricional del uso habitual de piensos en el cultivo de salmón. Sin embargo, el aumento del consumo humano de especies de piensos ECM corre el riesgo de perder nutrientes a través del procesamiento de productos del mar, lo que sugiere que el procesamiento de subproductos del mar para la producción de aceite y harina de pescado también puede ayudar a maximizar la retención de nutrientes, señala parte del estudio.
El autor principal del estudio, David Willer, enfatiza la importancia de reconsiderar nuestras elecciones alimenticias. Sugiere que optar por pescados salvajes, como arenque, anchoas y caballa, podría ser una alternativa más nutritiva. Estos pescados, parte de la dieta del salmón en su entorno natural, contienen mayores cantidades de nutrientes beneficiosos, incluyendo calcio, omega-3 y vitamina B12.
El estudio reveló que los pescados salvajes no solo superan al salmón en términos de nutrientes, sino que también pueden contribuir a prevenir enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares cuando se consumen con regularidad.
Por ejemplo, se encontró que los niveles de calcio eran hasta cinco veces mayores en los pescados salvajes, mientras que el yodo era cuatro veces mayor. Además, los niveles de hierro, omega-3 y vitaminas B12 y A superaban en más de 1.5 veces a los encontrados en un filete de salmón.
Richard Newton, uno de los investigadores involucrados, resalta el desperdicio significativo de nutrientes durante la producción de alimento para peces. Con aproximadamente el 80 por ciento del calcio y el yodo desperdiciado, advierte sobre las implicaciones para la salud, especialmente entre mujeres y adolescentes que a menudo no obtienen suficientes cantidades de estos nutrientes.
Ante estos hallazgos, surge la necesidad de reconsiderar la percepción del salmón como un superalimento. Si bien no se sugiere eliminar por completo su consumo, se alienta a la población a diversificar su elección de pescados, optando por variedades salvajes que ofrecen una gama más amplia de nutrientes esenciales para la salud humana.
En última instancia, estas decisiones no solo pueden beneficiar a los individuos, sino también al medio ambiente, promoviendo prácticas alimenticias más sostenibles y saludables.