Miguel Ángel Félix Gallardo, el temido líder del Cártel de Guadalajara, quien durante los años 80 fue uno de los narcotraficantes más influyentes en México, acabó su poder el 8 de abril de 1989, cuando fue aprehendido por las autoridades al interior de un domicilio en la capital jalisciense.
Desde ese año hasta la fecha, el originario de Culiacán, Sinaloa, permanece tras las rejas, acusado del asesinato del agente de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) Enrique ‘Kiki’ Camarena en 1985, cuando fue secuestrado al salir del consulado de Estados Unidos en Guadalajara.
Durante esos periodos ha contado con diversos vecinos tras las rejas, según el relato de su abogado Félix Garza, al periodista Diego Enrique Osorno, entre los cuales destacan su exsocio Ernesto Fonseca Carrillo, ‘Don Neto’, encarcelado en 1985 tras ser encontrado dentro de un domicilio en Puerto Vallarta, Jalisco, donde se fue a esconder.
“‘¿Quiénes son los vecinos de Miguel Ángel Félix Gallardo?’, ahora mismo está en una área que le llaman especial, pero en su módulo estaban Ernesto Fonseca Carrillo, Baldomero Medina Garza, este señor de Atenco, Ignacio del Valle, el pintor Jacobo Silva, guerrillero del ERPI y Pedro Lupercio Serratos, que ahora está como pintor y escritor”, se lee en el libro ‘Bienvenido a Sinaloa’ de Diego Enrique Osorno.
Otros de los reos que llegaron a hacerle compañía a ‘El Jefe de jefes’, fueron Baldomero Medina Garza Ignacio del Valle, el pintor Jacobo Silva, así como Pedro Lupercio Serratos, con quienes llegó a interactuar en momento, pues su representante legal aseguró que era castigado de forma constante e incluso se la pasaba en una celda especial.
Miguel Ángel pasó malos retos dentro de la prisión del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, pues le tenía prohibido recibir visitas de familiares, así como tener la conyugal, quedando solo con la compañía de su abogado Félix Garza durante una hora al día.
Derivado de ese castigo, durante mucho tiempo, el letrado tenía que estar presente en prisión por una hora, por petición del capo retirado, quien le contaba todos sus problemas, entre los cuales estaba el comienzo de sus enfermedades crónicas, como la pérdida de capacidad auditiva y visión.
Estos colores tenía que usar el abogado de ‘El Jefe de jefes’ para visitarlo
Félix Garza afirmó que para estar presente con Félix Gallardo tenía que usar colores vivos, entre los cuales se encontraba el rojo, amarillo y azul, los cuales rompían con la monotonía del gris y beige, esto con el fin de alegrarle el día derivado de su aislamiento de los demás.