Los dulces envinados, mejor conocidos como “borrachitos” son una golosina tradicional de México. Se caracterizan por ser pequeños trozos en forma de rectángulo, elaborados a base de harina de distintos sabores, con un relleno cremoso y espolvoreados de azúcar. El ingrediente que le da el toque de sabor a esta deliciosa confitería es el licor.
Su nombre es en realidad una marca registrada ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), así es como se le reconoce coloquialmente. La palabra “borrachitos” proviene precisamente de la relación con el alcohol, pues en México, el término “borracho” se utiliza comúnmente para describir a una persona que ha consumido alcohol en exceso.
Cabe señalar que la cantidad de alcohol utilizada en la receta suele ser moderada, lo que hace que el contenido alcohólico final de los dulces sea bajo, aunque este aspecto puede variar según la receta específica.
Esta confitura es popular en festividades y celebraciones, y cada variante regional aporta un toque distintivo a esta delicia. Los dulces borrachitos no solo son un testimonio de las tradiciones gastronómicas de la región, sino que también representan una forma creativa de combinar sabores y texturas, resultando en un postre único y apreciado por muchos.
Los dulces envinados fueron creados por las monjas en la época colonial y gradualmente, tal y como sucedió con la influencia española se mezcló con la cultura mexicana, los “borrachitos” se convirtieron hasta la actualidad en una de las golosinas preferidas.
Los sabores más comunes de las golosinas son: limón, piña, fresa y rompope. Son preparados de manera artesanal y su venta peude ser individual o en cajas que contiene varias piezas. Los borrachitos se distribuyen principalmente en mercados, dulcerías típicas, pequeñas tiendas, o en estados como Jalisco, Puebla y Guanajuato.
México posee una rica tradición en dulcería, resultando en una amplia variedad de dulces típicos que forman parte de su identidad gastronómica y los dulces envinados forman parte importante.