El poder del flamenco iluminó dos noches en la Ciudad de México, de la mano de una de las exponentes más importantes de dicho género musical. Niña Pastori encantó a la audiencia mexicana en el íntimo espacio del Lunario del Auditorio Nacional, iniciando la noche del jueves 14 de marzo.
La cantante española, con una trayectoria musical que la respalda sobradamente, se presentó en Ciudad de México como parte de su gira Camino, que celebra su más reciente éxito en los Latin GRAMMY como Mejor Álbum de Música Flamenca.
Pastori ha logrado destacarse en el mundo de la música por su habilidad para fusionar el flamenco tradicional con otros géneros musicales como el pop y la música latina, lo cual le ha permitido alcanzar un amplio reconocimiento tanto en España como otros países del mundo.
El setlist de su concierto fue una muestra palpable de su versatilidad y profundidad artística, uno que enamoró a todos sus fans, quienes religiosa y fielmente agotaron las entradas para las dos presentaciones que la española tenía programadas en la Ciudad de México.
Pastori inició con un compilado de temas que le recordaron a los asistentes la alegría, la euforia y el sentimiento del flamenco más puro. Canciones como “Alegría” y “El Cantante”, seguidos de “Pon Que Dale” y la emotiva “De Boca en Boca” encendieron a todos los asistentes.
La noche continuó con “Contigo”, una interpretación que atrajo a los fans de Joaquín Sabina, y otras piezas que navegaron desde la profunda intimidad de “La Orilla” hasta la celebración de “Mi Soledad y Yo”, donde todos recordaron de cerca a Alejandro Sanz.
Niña Pastori convivió todo el tiempo con el público. Sus palabras, llenas de gratitud y cercanía, establecieron un fuerte vínculo con su audiencia. El Lunario del Auditorio Nacional cuenta con el beneficio de tratarse de un espacio pequeño, con una acústica impecable, por lo que la voz de la cantante sonó con especial potencia.
“Me encanta estar con ustedes y me siento feliz de volver después de tanto tiempo. Muchísimas gracias por estar aquí”, dijo la cantante al afirmar que le gustaba mucho el recinto porque se sentía “como en familia”.
“Estaré aquí hasta que ustedes quieran”, prometió, sellando la noche con actuaciones adicionales como “Válgame Dios”, “Burbujas de Amor” y “Yo Tengo una Cosa”.
Su gira Camino sucede después de su gran éxito en España y otros países en donde también agregó a la lista varios sold outs importantes. El público mexicano tan entregado y el cariño dispuesto en el Lunario fueron la cereza del pastel, en el “camino” artístico de la cantante durante los últimos años.